Luego de unos 20 minutos de Sam conduciendo, llegamos hasta un cerro lleno de árboles. En la entrada decía "Parque Berry Hill", totalmente originales.
Sam se estacionó, nos bajamos y caminamos juntos a la entrada, donde, comenzamos a caminar tomados de la mano, riendo mientras Sam me guiaba por el lugar. Un hermoso lugar, al que me gustaría traer a Lucas en algún momento.
Era hermoso, pero extrañamente no había demasiada gente en el lugar. Casi todos los que pasaban estaban corriendo o en bicicletas, con ropa deportiva. Decidimos sentarnos cerca de un árbol, en el pasto, bajo la sombra.
- ¿Te gusta acá? -Dijo sonriendo, sentándose frente a mi con sus piernas cruzadas.
- Sí, pero ¿Qué comeremos? –Reí mirándolo- Dijiste almuerzo y me dio mucha hambre.
- Oh, mierda, que tonto soy, no traje nada -dijo dándose un golpe en la frente y luego me miró, levantando una ceja- Vengo preparado, Fabray –Sonrió y sacó unas hamburguesas de su mochila junto a dos botellas de jugo.
- ¿Y qué pasaba si te decía que no?
- Me iría con la otra y comería con ella –Dijo encogiéndose de hombros, levantando una ceja.
No me enojé. No éramos nada, ni mucho menos habíamos hablado alguna vez sobre exclusividad, pero, después de lo que nos dijimos en mi sala hace unos minutos, este comentario fue como una puñalada en mis sentimientos. Estaba siendo muy blanda y tenía que ser más dura. No podía dejar que nadie me volviera a romper.
- Ten... -Dijo con naturalidad, sonriendo como siempre, estirándome una hamburguesa y una de las botellas.
- Gracias -Murmuré en un tono más frio del que me habría gustado. Tomé las cosas y, sin mirarlo, abrí la botella para darle un sorbo.
Un gran silencio se apoderó del momento y no era uno de esos silencios cómodos que solíamos compartir en mi casa o mientras tomábamos café juntos en la sala de profesores. Era un silencio un tanto tenso.
- Quinn...
- ¿Qué? -Dije dándole una mordida a la hamburguesa. Estaba deliciosa.
- ¿Qué ocurre? -Dijo mirándome sin haber tocado su comida.
- Ocurre que si no comes se te va a enfriar y están muy buenos -Dije señalando su hamburguesa. Estaba celosa, Dios. El sólo pensar en Sam con alguien más me generó muchos celos y no entiendo el motivo.
James me engañó muchas veces. Una vez logré seguirle y lo descubrí, las siguientes veces descubrí mensajes, fotos, perfumes femeninos, marcas de labiales, ropa interior costosa en bolsas de regalo que jamás fueron para mí. Absolutamente todo en él gritaba engaño, pero jamás me puse celosa de ninguno de estos engaños. Sam Evans con un solo comentario me genera una sensación que no sé manejar y que realmente me desagrada mucho.
- Quinn... Prometimos decirnos todo -Dijo y yo suspiré. Lo prometimos en un momento romántico, no en este.
- Nada -Dije después de unos segundos, levantando la vista, mirándolo con seriedad- Aunque... Quizás esta hamburguesa le gusta más a "la otra", ¿no crees? -Dije y me maldije al instante por no ser capaz de controlarme.
- ¿Celosa? –Sonrió levantando una ceja. Este hombre recuperó la confianza en sí mismo en cosa de segundos.
- ¿Yo? ¿Por qué? Si no somos nada... -Dije como si tuviera cuchillas en las palabras. Me dolieron a mí, pero pude ver en su rostro que a él también le había hecho mucho daño.
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"Every rose has its thorn" (COMPLETA)
FanfictionLucy cambia su nombre a Quinn y escapa de Londres junto a su hijo, de una vida llena de violencia. Al llegar a Nashville descubre a su vecino Sam, quien le ayuda a encontrar un trabajo y volver a confiar en la gente, pero no siempre se puede escapar...