Lucas jugaba en la sala, mientras yo terminaba de guardar los brownies que todos me habían ayudado a hacer el día anterior. Spencer dijo que eran una receta de su familia que los había hecho ganar varios premios en Rosewood, Pensilvania, lugar de donde ella viene. Al parecer, Spencer Hastings viene de una perfecta familia que la hizo competir en todo lo que podían y, para suerte mía, la chica era experta en repostería, aparte de ser una genio en todas las áreas de su vida.
Lavé mis manos cuando ya tuve las cajas listas y me quité el delantal. El día de hoy me había puesto un vestido rojo con botones en el frente y pequeñas flores celestes repartidas por el vestido. Llegaba un poco más debajo de mis rodillas. Me puse medias completas algo oscuras, porque, si bien ya no llovía, era un frío día de otoño.
- ¿Ya nos vamos? -Dijo Lucas desde la sala, mirándome mientras se comía un sándwich de desayuno.
- Si, termina de comer que yo cargaré el auto.
Nunca sabré explicar qué fue lo que ocurrió ayer temprano en mi casa. Nunca podré definir cómo se sintió ese beso ni mucho menos como me sentí teniendo a Sam acariciando mi brazo sintiendo su aroma envolviendo mi cuerpo por completo, pero debo decir que con él nunca me ha dado miedo ser como soy, ser yo misma. Sam me permitía ser como siempre fui, esa Quinn libre, que disfrutaba de las cosas simples sin miedo de nada... Creo que quizás pueda intentarlo.
¿Y si James me encuentra? Eso no terminaría nada bien... hasta podría hacerle algo a Sam, y eso sería peor... lo quiero y no me gustaría que saliera dañado por mi culpa...
- Hey, vecina...- Dijo una voz familiar que me hizo sonreír al instante. Dejé las cajas en el maletero del auto, lo cerré y miré en su dirección. Sam Evans se acercaba a mi luciendo una brillante sonrisa. Tría puestos unos jeans negros, una polera roja de cuello redondo y una chaqueta gruesa de pana color negro y zapatillas bajas.
- Vecino, ¿Cómo estás? -Dije sonriéndole de manera amable.
- Ahora mejor -Murmuró parándose frente a mí y levantó una ceja con una sonrisa coqueta.
- ¿Puedo saber el motivo? -Dije sonriendo, cruzándome de brazos, levantando una ceja.
- Motivo.... –dijo mirándome directo a a los ojos y sonrió- Te vez hermosa hoy, Fabray... -murmuró y acomodó un mechón de cabello tras mi oreja.
- Señor vecino, usted está propasándose conmigo –Sonreí mirándolo. Él soltó una risa y yo negué con mi cabeza, caminando hacia la puerta de la casa, cuando una mano me sostuvo de la muñeca. Por instinto, aparté rápido mi mano, dando un salto. Lucy seguía ahí, asustada y no siempre podía controlarla.
Me giré con mis ojos muy abiertos al darme cuenta de lo que había hecho. Sam me soltó de inmediato, mirando mis ojos.
- Quinn....
- Lo siento...-Murmuré mirándolo, sintiéndome una estúpida por la forma en la que había reaccionado. Estiré mi mano para tomar la suya y entrelacé nuestros dedos.
- Lo siento yo, no debí hacerlo...-Murmuró acercándose un poco a mí, lo miré con una sonrisa algo enternecida.
- Yo debo acostumbrarme...-Murmuré pensando si debía decirle lo que hace solo minutos pasaba por mi cabeza... borré por completo la idea. Al menos por ahora puedo soñar con una vida un poco más tranquila. Me iba a permitir tener sentimientos como la gente normal.
- No debes disculparte por nada, Quinn -murmuró sonriéndome y yo me acerqué a él sin soltar su mano, apoyando mi cabeza en su pecho- Hoy, después de la actividad, podríamos ver películas en tu casa... ¿te parece? -Dijo acariciando mi mano.
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"Every rose has its thorn" (COMPLETA)
FanfictionLucy cambia su nombre a Quinn y escapa de Londres junto a su hijo, de una vida llena de violencia. Al llegar a Nashville descubre a su vecino Sam, quien le ayuda a encontrar un trabajo y volver a confiar en la gente, pero no siempre se puede escapar...