- ¿Qué mierda? ¿Qué pasa acá?
- ¿De verdad no te haces una idea, Lucy?
Su acento, ese acento inglés que al comienzo había derretido mi cuerpo entero, estaba acá ahora, recordándome mis peores momentos, mis demonios, mis pesadillas.
Sentí sus pasos a mis espaldas y, con cuidado, hice lo único que mi cuerpo fue capaz de hacer. Marqué el número de la policía y metí, con lentitud el celular en mi bolsillo, esperando que no me viera.
- Oh, Lucy -dijo su voz a mis espaldas- Que extraño es volver a verte y rubia -murmuró. Pude sentir que estaba muy cerca, por lo que me obligué a reaccionar. Me di una vuelta y con ambas manos sostuve la escoba, como si fuera un bate.
- ¡Ni se te ocurra acerté más a mi, James! -grité con mi respiración ya agitada.
James Holloway traía una barba no muy larga, su cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás. Unos jeans, una camiseta, zapatillas y una chaqueta de buso eran su atuendo. Si no supiera el demonio que es, probablemente me llamaría la atención. Parecía un chico cualquiera de Berry Hill. Oh, mierda...
- Te he estado vigilando, Lucy. Llevo una semana instalado en este pueblo de mierda, viendo qué haces, con quién compartes, cómo te vistes y a dónde llevas al bastardo de tu hijo -dijo mirándome en todo momento, molesto, con odio en su voz. Me sonrió y sus ojos verdes brillaron de rabia.
- No te tengo miedo, James -dije más para mi que para él. Esperaba que la policía si estuviera escuchando en mi celular.
- Deberías, Lucy. Porque no te me volverás a escapar -Dijo y metió la mano a su bolsillo, sacando un arma de fuego, sólo con verla, mis piernas temblaron. Yo tenía una escoba y él una pistola. Siempre estaba en desventaja.
- James, yo no voy a volver contigo -dije sintiendo mi labio inferior temblar.
- Lo dices como si tuvieras opción, Lucy -dijo negando con su cabeza- Te voy a disparar y, si decides no venir, le disparo también a tu hijo. Si ambos mueren, le disparo al chico rubio que estuviste besando en el estacionamiento de la escuela que trabajas, ¿Dónde está ese idiota, de hecho? ¿Le hablaste de nosotros? -dijo y avanzó hacia mí. Yo me prometí no retroceder, por lo que me mantuve en mi lugar, sosteniendo la escoba igual como si fuese un bate.
- No te metas con él ni con Lucas -dije firme, molesta. No debía temer, a él le gustaba que le temiera, por eso me había hecho lo que me hizo.
- No me desafíes -dijo acercándose y estiró una mano, tomando mi brazo. Su tacto me hizo temblar de inmediato. Cuando me apretó, solté un grito de dolor. Él subió su mano hasta apretar mi muñeca, haciéndome soltar mi única arma- eres tan idiota e inútil, Lucy Holloway. Lo único que habías hecho bien era escapar de mi y vas y subes una foto a la página web de la estúpida de tu hermana indicando que trabajas en una secundaria en el puto pueblo de Berry Hill. ¿Conoces a alguien más estúpida que tú? Yo creo que no.
Mierda. Las fotos. No lo había pensado, ni siquiera había reparado en que eso me podía afectar y ahora estamos acá, con James a punto de reventar mi muñeca de un solo apretón.
- Suéltame, James -dije mirándolo a los ojos, tratando de no llorar, tratando de ser fuerte.
- ¿Qué harás, Lucy? ¿Volverás a irte de acá y escaparás? No tienes a donde escapar, maldita -dijo y, sosteniéndome del brazo, me levantó, para después arrojarme al suelo, sobre los vidrios rotos de la ventana, sentí que algunos rasparon mis piernas, pero nada grave. Si lo intentaba, aún podía salir corriendo y pedir ayuda afuera. Spencer y Mike me podrían ayudar- Te voy a hacer tanto daño, Lucy Fabray que me pedirás que te mate y lo haré, tranquila, pero primero, vas a sufrir -murmuró mirándome.
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"Every rose has its thorn" (COMPLETA)
FanfictionLucy cambia su nombre a Quinn y escapa de Londres junto a su hijo, de una vida llena de violencia. Al llegar a Nashville descubre a su vecino Sam, quien le ayuda a encontrar un trabajo y volver a confiar en la gente, pero no siempre se puede escapar...