Capítulo 14: Aiden (Parte I)

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Una de las características que más me gusta de las mujeres es esa suavidad que desprende su piel cada vez que las acaricias, cada una es un universo diferente, y por eso tienen respuestas tan variadas, pero las de Moore me resultan especialmente a...

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Una de las características que más me gusta de las mujeres es esa suavidad que desprende su piel cada vez que las acaricias, cada una es un universo diferente, y por eso tienen respuestas tan variadas, pero las de Moore me resultan especialmente adorables, siempre suele revolverse con la piel de gallina, al tiempo que entrecortadas palabras inconexas se escapan de sus labios. Puede ser tan inteligente en el ámbito intelectual, pero cuando se encuentra envuelta dentro de su parte sexual, cambia radicalmente y se convierte en una persona que late y vibra contigo. Voy ascendiendo entre sus piernas que acabo de desnudar con facilidad. Pequeñas, ligeras y controladas caricias van despertando las terminaciones nerviosas de la piel de sus pies, y piernas. Sus ojos reflejan cada una de sus emociones, mientras la observo contraerse bajo mis caricias repartidas en esta ocasión entre sus muslos descubiertos, no puedo evitar reírme al pensar en lo terriblemente mentirosa que sería, todo su cuerpo clama sin ningún pudor el deseo que siente, y ni si quiera logro concebir cómo se las ha ingeniado para mantener toda esta farsa al margen de sus amigos.

─¿De qué te ríes? ─demanda saber frunciendo el ceño, pero al tocar una zona especialmente sensible bajo la rodilla, vuelve a retorcerse de placer.

─De nada. ─niego complacido.

─Tramposo y mentiroso, lo tienes todo. ─insulta cuando logra recuperarse.

─Uy mentiroso... qué palabra más fea... ─murmuro escéptico mordisqueándole la piel tierna.

─Ven aquí, basta de jugar conmigo. ─ordena incorporándose y sujetándome de las solapas de la chaqueta, me arrastra hasta situarme encima de ella.

─¿Y ahora qué, valiente? ─inquiero curioso por cuál será su siguiente movimiento, resulta de cierta forma excitante que la aprendiz trate de superar al maestro.

─Ahora esto. ─declara confiada atrayéndome hacia su boca, de repente me encuentro siendo rodeado por el cuello con sus brazos, percibo cómo me aprieta contra su cuerpo, permitiéndome sentir cada una de sus deliciosas curvas.

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