1° 𝗘𝗻𝘁𝗿𝗲𝗴𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝘀𝗲𝗿𝗶𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗔𝗿𝗰𝗮́𝗻𝗴𝗲𝗹𝗲𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗜𝗻𝗳𝗶𝗲𝗿𝗻𝗼.
Nadie esperaría que la chica en exceso timida, estudiosa y reservada que se sentaba al final de la clase y que trataba de evitar llamar la atención, desesp...
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El domingo se instaura entre nosotros en medio de un amanecer nublado. Mi ánimo actual se parece demasiado al temporal que se avecina. Anoche no conseguí dormir terminando el trabajo de ese idiota, de quien me espero su presencia. Supongo que debe tener mucho tiempo libre. Me desperezo en la cama todavía, luchando contra mi pereza para salir, aunque sea a rastras de la cama. Compruebo que ya no me duele el tobillo, dándole una vuelta con cuidado, cuando de repente, el móvil empieza a sonar sobre la mesilla de noche, y ruedo los ojos, pensando que pueda ser ese estúpido de Blake, reclamando el trabajo.
Por supuesto, cuando veo en la pantalla reflejado un nombre completamente diferente, termino de despertarme súbitamente. Uriel. Ensancho la sonrisa que se me ha quedado en la cara desde que viera el nombre y procedo a abrir su chat.
Mensaje entrante de Uriel:
Buenos días dulzura, siento escribirte un domingo, pero me quedé algo preocupado ayer cuando me dejaste en visto, es que ¿te molestó que te pidiera la foto? Lo siento si es así.
Mensaje enviado:
¡Ay perdona! Se me pasó completamente, ya mismo te la envío.
Mensaje entrante de Uriel:
No, si te incomoda demasiado no hace falta. Sólo quería constatar que las cosas entre nosotros estaban bien. No me gustaría que hubiera algún tipo de malentendido. Pareces buena gente.
Mensaje enviado:
¡No! No hay ningún malentendido, se me olvidó, aquí va.
Le respondo seleccionando la imagen que ayer por equivocación le pase a Blake. Al fin y al cabo, se suponía que era para Darren, y no para ese estúpido.
Mensaje entrante de Uriel:
Madre mía, menudo monumento de mujer (emoticono del fuego)
Me pongo colorada con el último mensaje, este chico sí sabe decirte cosas que te hagan sentir especial.
