Capítulo 7: Crystal

10.7K 1.6K 404
                                    

PREVENTA YA DISPONIBLE EN AMAZON: FINAL ADELANTADO + MATERIAL INÉDITO ESCRIBIDME CON EL NOMBRE DE VUESTRO PAIS Y OS PASARÉ EL LINK.

PREVENTA YA DISPONIBLE EN AMAZON: FINAL ADELANTADO + MATERIAL INÉDITO ESCRIBIDME CON EL NOMBRE DE VUESTRO PAIS Y OS PASARÉ EL LINK

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquí vamos de nuevo, recordad dejar estrellita si os gusta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquí vamos de nuevo, recordad dejar estrellita si os gusta. ¡Disfrutadlo!

La mayoría de la información que conozco acerca de la educación sexual ha sido extraída de las clases que me dieron en el colegio y posteriormente estas fueron reforzadas en el instituto. Sin embargo, me voy dando cuenta que todas ellas habían sido dadas de forma científica y sin tomar en cuenta las sensaciones más allá de un planteamiento puramente reproductor. Por eso, cuando decidí que era hora de construir mi propio camino, dejando de esperar por algo que no sabía si podría darse (ya que, al interaccionar con los hombres, y más con uno que pudiera gustarme, me ponía tan nerviosa que me trababa y no sabía qué decir) empecé a buscar mi propia información. Los datos que encontré me parecieron muy instructivos, pero también asépticos. Lo único que me llamó más la atención, fue el hecho de que el ser humano utilice su propia sexualidad como una forma de comunicarse, de amar, pero también para experimentar violencia, alegría, placer o desenfado. Conocer esa información de antemano me alentó a colgar ese anuncio, pues rompía con el tópico central sobre la necesidad del amor ligada con el descubrimiento de nuevas sensaciones.No obstante, todo lo que había creído saber hasta ahora, se evapora ante mis ojos con la nula distancia a la que nos encontramos. Su aliento rozando mi mejilla, y esa orden que pronuncia para que utilice su pseudónimo, provocan que me sienta alerta con cada uno de sus movimientos.

Raziel. Raziel. Raziel... Puedes llamarme... Raziel. Trago saliva nerviosa por su cercanía. No sé dónde mirar.

Nada de lo que estoy sintiendo ahora se compara con cualquiera de las frases que hubiera podido leer en internet o en alguna novela. Sé que debería decir algo, contestar algo a esa forma dominante de hablar, pues yo soy la clienta y él el prostituto, pero no puedo. Mi lengua se ha dormido bajo su cercanía. ¿Me habrá embrujado? Cuando creo que va a retirarse y que por fin podré recuperar un poco de autocontrol, desciende y me lame suavemente el cuello, desencadenando un escalofrío a lo largo de todo mi cuerpo. ¿Desde cuándo he tenido la piel tan sensible? Me pregunto percibiendo cada terminación nerviosa. Tenso los hombros involuntariamente y cierro las manos formando dos puños.

SE BUSCA AMANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora