Mi reputación nunca ha estado peor, debo gustarte por quien soy. —Taylor Swift
Carrigan
Al despertar me encuentro con un hermoso amanecer a lo lejos colándose por la cueva. Debido a mis habilidades consigo ver como el sol brilla en su máximo esplendor por sobre la copa de los árboles, notando por primera vez que a lo muy lejos, un poco a la izquierda se encuentra la academia. Escucho el sonido del agua correr cuan cascada y comienzo a buscarla con la mirada.
Una calidez rodea mi cuerpo, notando la presencia de Nathaniel a mi lado. Más bien, sobre mí. Ambos estábamos acostados boca abajo, la diferencia es que su torso descasaba sobre mi espalda baja, con su rostro sobre mis omóplatos, además de su respiración haciendo cosquillas sobre la piel de mi espalda.
Supongo que soy más cómoda que las almohadas a nuestro alrededor.
—Tu piel es más suave y reconfortante que una simple almohada. —murmura con voz ronca.
Rio por lo bajo.
Mi corazón se acelera y un cosquilleo sacude mi estómago cuando su voz acaricia mi piel desnuda.
—Buenos días, Nate. —murmuro.
Me remuevo bajo su cuerpo, él se retira de mi espalda cayendo sobre su espalda, me doy vuelta mirando como sus ojos se encogen ante la luz del día.
—Buenos días, Carrigan. —eleva sus comisuras. Incluso sus mejillas están algo sonrosadas. — ¿Dormiste bien? —su mano acaricia mi cabello extendido por todos lados. Sus ojos grises no me abandonan.
Asiento, me arrastro hasta el, apreciando el calmado ritmo de sus latidos cuando reposo mi cabeza sobre su pecho.
— ¿Mis pensamientos te despertaron? —inquiero.
Mis dedos acarician su piel, junto a la leve cantidad de vello sobre su pecho.
—No. —bosteza. —Desperté hace unos minutos, pero estaba muy cómodo como para despertarte a ti.
Niego divertida.
—Eso he notado. —suspiro.
Cierro mis ojos, sus manos recorren mi espalda estremeciéndome. Entonces noto que mis pechos están presionados contra sus costillas.
Ah, estamos muy desnudos.
Él se ríe.
—Para ser una temible criatura eres algo despistada, linda.
—No lo soy. —mantengo mis ojos cerrados. —Tú me pones de esta manera ¿Eres Adán o eres Lucifer?
—Soy simplemente yo. —Ruedo los ojos bajo los parpados cerrados. — ¿Cómo te pongo? —su voz es profunda.
Su mano baja hasta la curvatura de mi trasero. El frío de mi sangre comienza a correr aumentando su velocidad.
—Vulnerable. —contesto con honestidad. —Cuando estas junto a mí solo puedo pensar en ti. Todo simplemente... se esfuma. Además de querer tenerte desnudo... —suelta una risita. —Pero si, contigo soy delicada.
— ¿Y eso es malo? —inquiere.
Su tono suave es hermoso.
Abro mis ojos dirigiéndolos hacia su cuerpo y rostro, su brazo libre descansa detrás de su cabeza, mostrando la tensión de su bíceps, además de las palabras en negro grabadas en este. Noto que son más de dos tatuajes los que tiene.
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Almas Gemelas © LIBRO 2
FantasíaTrilogía Criaturas Oscuras. Almas Gemelas. Libro 2. "Almas unidas por un hilo, atadas por el destino" El mundo de las criaturas nunca ha sido un mundo lleno de normalidad, cada día todo puede pasar en el mundo sobrenatural. Y Carrigan lo sabrá mejo...