Capítulo 17. Víctimas de un Juego.

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Narrador Omnisciente

La búsqueda había dejado a todas las criaturas regadas por el pueblo de After Flames. Mientras Galia y su equipo se reunían con el resto; Acacia yacía en el parque circular rodeado de muros altos hechos de piedra, practicando junto a Dagny y su mejor amiga.

Dagny y Acacia se habían llevado bien desde el momento en el que Nicholas las había presentado.

Lilian miraba a Acacia frente a ella mientras repasaban los pasos, la hermana de Jack Allen se preguntaba de donde había sacado tanto talento la pequeña pelirroja. Su coleta rebotaba cuando saltaba y sus mejillas se enrojecían por la agitación.

Sonreía cuando Acacia hacia muecas presionando los labios con concentración.

Acacia por otra parte recordaba la rutina tan bien que simplemente fluía, al igual que la rubia Jones. La diferencia era que Dagny repasaba la coreografía en su cabeza mientras Acacia pensaba en su hermana y en sus padres. Acacia había sufrido tanto al perder a Madison cuando solo era una niña, a diferencia de Carrigan; Acacia se aferraba a las memorias borrosas recordando pequeñas cosas, como su padre cantándole, su madre cocinando... O su recuerdo preferido, Madison haciendo crecer un girasol en medio de la lluvia solo para su hija.

La adolescente de cabello naranja anhelaba reencontrarse con su madre como Carrie lo había hecho meses atrás por los dioses. Cassie se había sentido tan celosa de no haber tenido aquella milagrosa oportunidad. Pero aun así aceptaba que Carrie era quien más lo merecía, su hermana no había conocido a sus verdaderos padres por culpa de su propio tío.

Acacia se prepara con las imágenes en la cabeza, corre, toma impulso y finaliza con una voltereta impecable mientras sus compañeras le aplauden, ella recuerda los golpes que recibió en el invierno, tanto así que se queda tiesa hasta que Lilian lo nota y la toma de las manos.

— ¿Qué ocurre? —pregunta Lilian.

—Yo...

— Bueno, parece que ni ella lo ha creído. —se ríe Dagny desviando las miradas. — ¿Y si nos tomamos un tiempo?

Sus compañeras olvidan el momento y se comienzan a dispersar.

—Nada. —niega Acacia retrocediendo.

Lilian hace una mueca y Dagny la analiza.

—Por el contrario, parece todo. —comenta la rubia de ojos café.

Acacia se cruza de brazos cerrándose a la comunicación y camina hacia su mochila.

—Cia... —la llama Lilian, pero Acacia se niega a soltar palabra. —Ahogarte en tus pensamientos no es sano, Acacia. —le reclama.

Acacia no quería hablar, no quería que sus memorias, al ser habladas, se volvieran una realidad; porque en su cabeza, si solo lo había vivido ella, entonces podía fingir que no había sido nada más que una pesadilla.

—Si no lo digo en voz alta, no es real. —musita.

Dagny la mira confundida, sin embargo, se queda ahí.

—Cuando levantas la voz, en realidad el problema se hace más pequeño. Como un Boggart. —sonríe. —Son pesadillas materializadas, pero que cuando las confrontas se vuelven pequeñas e inofensivas.

Acacia piensa en el payaso llamado eso. En como cuando los amigos se juntaron pudieron acabar con él. Pero es solo ficción, piensa.

—No deja de ser cierto porque haya películas. —habla Lilian, al parecer leyéndola. —Eso, deja de serlo todo cuando lo afrontas, convirtiéndose en nada.

Almas Gemelas © LIBRO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora