Capítulo 23. Du Blanc au Rouge.
Paris I
Días, semanas... la primavera esta pintando de rosa los arboles que derribo y hago que vuelvan a crecer. Las lluvias han hecho que crezca el rio en donde Galia y los lobos me entrenan. Los animales han empezado a salir, Jack me hace estudiar sus habilidades y desventajas, aprender como defenderme en cualquier habitad y en que especie convertirme cuando lo necesite. Aunque eso aún no ha pasado.
Estoy perfectamente limpia de cualquier mal toxina, eso en cuanto a mi sistema. Mi mente es algo diferente, las noches son más fáciles de llevar con lo exhausta que me tienen todos estudiando y entrenando, Nathaniel hace su parte estando ahí para mi para cuando lo necesito y también asiéndose a un lado cuando es necesario.
Las pesadillas siguen ahí, las voces pocas veces aparecen... los recuerdos... los recuerdos son algo en lo que intento no pensar.
—Entonces no lo hagas. —responde Nate a mi lado trayéndome de regreso a la realidad, como siempre.
—A veces es inevitable.
— ¿Me prestaras atención o los dejo para que sigan apareándose como los conejos allá afuera? —masculla Jack cruzándose de brazos.
Me sonrojo y tomo de mí té bajando la mirada.
Si... probablemente hemos sido un poco... mm, ¿Cómo decirlo?
¿Juguetones, ruidosos, lujuriosos, ninfómanos...?
Se burla Nate terminando su emparedado. Yo rio negando.
—A ver Allen, ¿Qué quieres enseñarme? —aclaro mi garganta.
— ¿Ya tomaste tu medicina? —hago una mueca cuando saca el jugo verde del refrigerador. —Creí que ya lo habías superado. —se burla ante mi reacción.
—No parece cuando te escondes y dejas a tu novia conmigo. —ironizo.
—Galia puede arreglárselas, te da un puñetazo y te vas a dormir. —se encoge de hombros.
Me rio negando, aunque con disgusto tomo la botella y la destapo. Sigue enfermándome el olor, pero, aunque el veneno en mi sistema ha desaparecido el consejo junto a la señora Allen acordaron en que tomar esto me ayudara ya que mi demonio ya se cansó de pelear, y estoy de acuerdo con que se quede así. Así que lo hago sin pensar mucho.
Nathaniel sonríe orgulloso, dejo la botella en la encimera y me levanto tragándome el horrible sabor que pasa por mi garganta quemando a su paso mis papilas gustativas.
— ¿Listo para morir hoy? —pregunto.
El castaño de ojos claros sonríe antes de salir de la cocina hacia el patio trasero.
—Cinco minutos, Byrne. —se retira.
—He estado pensando en algo... —tomo mi plato y el de Nate llevándolos al lavabo.
— ¿En qué podemos perdernos por unos minutos? —me rio negando.
—Las adicciones no son buenas. —digo lavando lo que ensuciamos.
—Es más que bueno cuando es adicción a tu cuerpo. —musita abrazándome por detrás, descansa su mentón sobre mi cabeza. —Paris no esta tan lejos.
—Es buena idea. —sonrío. —Porque justo estaba pensando... —me vuelve a interrumpir.
— ¿En darnos amor en la torre Eiffel? —pronuncia las palabras en su hermoso acento francés, sacudiendo mi estómago.
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Almas Gemelas © LIBRO 2
FantasíaTrilogía Criaturas Oscuras. Almas Gemelas. Libro 2. "Almas unidas por un hilo, atadas por el destino" El mundo de las criaturas nunca ha sido un mundo lleno de normalidad, cada día todo puede pasar en el mundo sobrenatural. Y Carrigan lo sabrá mejo...