20. El puño en alto.
-Mi padre va a matarme, no podemos volver muy tarde.-me mordí el labio nerviosa mientras me ataba el cinturón en su coche.
-No tardaremos mucho.-arrancó con una sonrisilla.
Heath iba más rápido que de normal. Parecía como si la noche le transformase y le llenase de energía. Ni siquiera se quejó cuando puse las canciones de rock.
Bajó las ventanillas del coche cuando cruzábamos el paseo de la playa y dejó que el aire nos refrescase. Una de dos: O Heath estaba enamorado, o realmente la noche le transformaba. Que fuese lo segundo, ¡No!, lo primero. A mí qué más me daba si estuviese enamorado o no.
-¿Qué piensas?-me preguntó.
Saliendo de mis pensamientos, le miré, y contesté lo primero que me vino a la cabeza.
-Que cada vez nos vamos más lejos, y que me vas a llevar a un sitio romántico para pedirme salir.
-Casi, casi.-soltó una carcajada.-Pero yo no soy romántico.
-¿Y a qué le llamas ser romántico?
-Flores, lugares preciosos, cartas y poemas, bombones y pasteles.
-Eso no es romántico, ¡es empalagoso!
-Pero a todas las chicas os encanta.
-Las flores se marchitan, los lugares son poco originales, los poemas de Internet, y los bombones engordan. A mí no.-puse los ojos en blanco.
-Entonces.-se quedó callado un instante.-¿Qué te gusta a ti?
Reí y me paré un momento a pensarlo.
-No lo sé.-y decía la verdad.-¿Y a ti?
-Que me regalen cigarrillos.
No pufe evitar soltar unas carcajadas muy descaradas.
-Es broma.-le dije.
-Qué va, yo saldría con una chica si cada semana me demostrase su amor con unos cigarrillos.
-Por eso estás sólo. Bueno, y por que eres idiota.
-¿Quién te ha dicho a ti que estoy sólo?
Abrí mucho los ojos sorprendida y le miré. Tenía que saberlo, la curiosidad me mataba.
-¿Quién es ella? Dime, dime...-supliqué.
-Cotilla.-negó con la cabeza.
-Cuentámelo...-puse unos morritos adorables.
-¿Qué más te da mi vida amorosa?
-Soy demasiado cotilla, ¿vale?, y curiosa.
-Pues no te diré nada.
-¿A que te chantajeo?-le amenacé con una sonrisa.
-Mi labios están sellados.
Pisó el frenó y apagó el motor de repente. Miré por las ventanillas, pero no tenía ni idea de dónde nos encontrábamos. Justo delante había una verja sin candado, y detrás se veían lo que podían ser unos almacenes.
-¡¿Aquí vive tu madre?!-le miré asustada.
-Que obsesión tienes con mi madre. Te he traído aquí porque es un sitio romántico original.
-¡No es original, da miedo!
-Era broma, baja del coche.-abrió su puerta.
-Ni loca.-me negué.
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BETTER
Roman pour AdolescentsEs difícil hacer un resumen de un libro tan gracioso y a veces oɹɐɹ como éste. No voy a quitarle m i s t e r i o o o o al asunto. Bueno, puedo decirte que la chica tiene diecisiete años, y sufre los típicos problemas de una adolescente (salir a la c...