1.-Empezamos bien...

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1.-Empezamos bien...

Entrecerré un poco los ojos para observar mejor el puré que Heath tenía en el plato.

–¡Apunta, Ky! Le gusta el puré de puerros con zanahoria puesta encima cuidadosamente con forma de ¿flor?

–¿Flor?–Kyle levantó la vista de la lista dónde estábamos apuntando datos sobre mi investigación de Heath.

–Sí, sí, eso parece.

Volví a mirar fijamente y al verle coger el tenedor (¡¿quién come el puré con tenedor?!) me di cuenta de que era zurdo. Lo apunté también.

–Oye Ky, me siento como una acosadora.

–¿Por qué? ¿Por llevar una semana siguiendole a todas partes menos al baño y apuntar hasta con que pie empieza a andar? Bah, no creo.

Reí y le golpeé en el hombro suavemente. Inmediatamente, él empezó a fingir dolor y a quejarse de que le había roto el hombro con mi fuerza sobrehumana.

–Lo que a ti te pasa es que tienes una estupidez sobrehumana.–le saqué la lengua.

Kyle se levantó, me estrechó la mano, y reconoció que había sido un buen hachazo.

–Limpiate la sangre del cuello Ky.

–Eh, eh, ¡tampoco hace falta que me lo restriegues por la cara!

Seguimos repasando la lista de cosas que habíamos apuntado sobre él.

1. Taquilla núm 378

2. Tres visitas diarias al despacho del director.

3. Frecuenta el baño entre la quinta y sexta hora.

4. Por las mañanas llega tarde después de fumarse tres cuartos de cigarrillo en la parte trasera del patio.

5. Le apasiona biología porque es la única clase en la que no se queda dormido.

6. Su pie derecho es más grande.

(A Ky le había hecho ilusión cogerle las zapatillas de deporte y me dijo que la zapatilla derecha estaba más desgastada)

7. El único que se atreve a hablar con él es Derek el traficante.

8. Va al aula de castigos todas las semanas.

9. Tiene instintos asesinos si alguien le habla mientras come (mejor acercarme a él cuando termine).

10. Le gusta el puré de puerros con trocitos de zanahoria dispuestos en forma de flor.

11. Es zurdo.

IMPORTANTE: Siempre lleva encima un taladrador del nueve, como si fuera una pistola.

–Bueno, Meg, si realmente quieres salir con él o algo, vete y háblale. Saber que pie tiene no va a hacer que se enamore de ti.–me aconsejó Kyle.

Miré la lista. Le miré a él. Miré la lista, y me puse de pie.

–Heath no va a poder resistirse a mis encantos, Ky, ya lo verás.–puse una sonrisa.

Pero según me acercaba a él, menos excusas para hablarle se me ocurrían. No tenía ningún problema si se trataba de uno de los jugadores de rugby, les decías algo sobre sus músculos y ya está. O a los frikis, que en cuanto les hablaba una chica guapa enmudecían.

Pero Heath... Dudaba con él. Bien podía hablarle de sus rizos despeinados detrás de las orejas, o de sus vaqueros desgastados, o incluso de su taladrador. Bah, dijera lo que dijese seguro que accedía a salir conmigo.

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