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•ALEXBY•

*vegetta, te necesito ahora, por favor, ya sabes de qué te voy a hablar*

Me confirmó que venía a casa y colgué el teléfono. De los nervios se me hizo imposible quedarme quieto, caminaba de lado a lado por toda mi casa sin dirección alguna. Estuve así varios minutos hasta que escuché el timbre sonar y fui corriendo a la puerta. Sin siquiera saludarle, agarre de su mano y lo lleve adentro.

- espérate chaval ¿qué pasó ahora? - preguntó confundido pidiéndome que vaya a sentarme junto a él en el sillón. - fargan, eso pasa - dije ya sintiendo como mis ojos se cristalizaban.

- Alexby, cálmate, respira y cuéntame mejor - dijo intentando parecer lo más tranquilo posible y realmente si me ayudo un poco. Hice lo que me pidió y traté de pensar más claro todo.

- vale, lo que pasó estas semanas ya lo sabes ¿te acuerdas no? - pregunté pues era el único que sabía que había dado el análisis, por lo tanto, con el único que hablaba del tema. El asintió así que seguí contándole lo que había pasado hace menos de 1 hora.

- pues hoy me agarró, aquí abajo, antes de llegar a las escaleras y.. y decidí escucharle, bueno, me obligó a escucharle - dije sincerandome todo lo posible ya que si quería su ayuda tenia que saber todo bien.

- estuvimos gritandonos un largo rato, me dijo que estaba en la hermandad antes de conocerme, que era su familia, a lo que yo le contesté que su puta familia me estaba jodiendo la vida - dije moviendo mi rostro fuera de su alcance para que no me viese llorando - y así estuvimos por unos minutos y~y me dijo que me amaba ¿puedes creerlo? ¿Que cojones? - dije elevando la voz pues me parecía tan irreal y estupido recordar esta parte en ese momento, es que aún no me lo creía ¿cómo me amas si eres un causante de mi tristeza y LO SABES?

- no se, ya no se que pasa, a bueno, espérate, que ahí no termina todo - ya no estaba llorando, ahora era más como un sentimiento confuso y alterado que no controlaba - yo también le dije que le amaba pero no estábamos hechos para estar juntos, que no éramos el uno para el otro - ahí pude notar como Samuel parecía estar sorprendido por lo que le contaba.

- entonces me fui para subir a casa pero me gritó que si lo éramos, me contó que el día de la misión aparecieron en una cueva y... - pare antes de seguir ya que vegetta había formado una pequeña sonrisa como si supiera de lo que le contaba - ¿que? ¿Ya sabías esto? - pregunté pues parecía estar relacionando todo lo que pasaba con cosas que ya sabia.

- pues... que Doblas no sabe guardar secretos, entiéndelo al pobre, que es tontito y se le escapó la semana pasada - dijo con una sonrisa vacilante como un bobo enamorado.

- ¿y no me contaste? Bueno, ese no es el caso igualmente - dije volviendo a lo que le estaba comentando - me lo dijo e intentó acercarse, pero me fui corriendo a casa y ahora tu estás aquí y no se donde está el y no se que hacer ¿ayuda? - mientras más pensaba lo que le estaba contando, más me hacia acordar a la típica adolescente contándole el chisme a sus amiguitas pidiéndole ayuda por el chico guapo de la E.S.O. pero es que realmente necesitaba una opinión o punto de vista diferente al mío.

- ¿todo esto que me contaste pasó recién? - pregunto a lo que yo asentí tomando un cojín del sofá para ponérmelo sobre las piernas nervioso.

- vale, Alex, creo que tienes que entender que la hermandad es algo importante para él y que no puedes arrebatarselo así como si nada - dijo tranquilo y lo más maduro que le habia visto conmigo - además, ya sabes que es de la hermandad, el problema mas grande que era encontrarlos ya pasó, ahora, arreglen las cosas, dile que vuelva contigo a casa, conoce lo que es su otro mundo y superenlo juntos - en ese momento comence a cuestionarme tantas acciones y estupideces que había hecho por querer ignorarle y convencerme de que le odio cuando claramente no era así.

- realmente creo que son el uno para el otro, ya se notaba desde antes de esa misión, no lo echen a perder - dijo para cerrar el tema por el que le había llamado en primer lugar. Estuvimos hablando de otras cosas variadas hasta que ya se acercaban las 12:00 y se tuvo que ir de nuevo a su gran isla tan extravagante como él.

Me quedé unas pocas horas despierto en mi habitación con Jimmy antes de dormirme. Me levanté como era usual, me tomé el tiempo para hacerme mi propio desayuno y estuve solo, al igual que toda esta semana sin él. Me bañé, me cambié y le di algo de comer a Jimmy antes de partir para mi trabajo.

Subi a mi oficina y termine de escribir el informe sobre lo que encontramos en el molino, era evidente que tenia que nombrar a la máscara, pero el resultado había dado "negativo" con todos los sospechosos, así que no teníamos nada.

A la hora escuche la puerta abrirse, mire enfadado ya que odiaba que me interrumpieran trabajando, aunque me sorprendi al ver a fargan allí. No había venido en toda la semana, pero ahí estaba.

- hola - saludó nervioso notando como yo le veía fijamente como si fuese un extraño, no se porque, solo no sabia como mirarle - hola, acabo de terminar el informe ¿quieres leerlo? - dije volviendo a revisar los papeles que tenia para luego estirar mi brazo para dárselos.

El se acercó lentamente y se sentó al otro lado de la mesa para leerlo, me quedé un rato tratando de evitar verle hasta que terminó y me miró confundido por el papel lleno de mentiras bastantes creíbles.

- no te voy a entregar, no quiero - dije sincero - de hecho, quiero arreglar las cosas, te extraño - dije esto último casi en un susurro sin intención de que me escuchase y segui viendo diferentes papeles.
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Wenas!!!
De a poquito vuelven a juntarse siquesi.. o no...
Espero les haya gustado Z4

HILO ROJO  《FARGEXBY》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora