17

499 64 7
                                    

•ALEXBY•

Me quedé quieto varios segundos hasta que decidí reaccionar. Suspire y me fui acercando a la escalera que llevaba al piso de abajo, donde el estaba. Baje lentamente y ahí estaba, ya podía visualizar una celda donde el estaba caminando de lado a lado y con una porra con la que golpeaba los barrotes de esta.

Me quedé en completo silencio mientras miraba esa escena en la que parecía ser un completo extraño. Oficialmente ya no se quien es staxx, miraba como parecía gritar con una sonrisa a los guardias que había, sin embargo gracias a mis pensamientos no le presté atención a nada de lo que decía.

De pronto nuestras miradas se juntaron y se quedó en silencio, me miraba con una gran sonrisa, pero no una de alguien que este loco, más bien una tierna y hermosa sonrisa, de esas que parecen sacadas de un sueño. Me quedé mirándole con miedo, cosa que el notó al instante.

- Alex, sabia que vendrías - continúo con su sonrisa y tiró la porra que tenia en la mano al piso. Sin embargo yo segui sin decir nada - vamos acércate - se pegó contra los barrotes y estiro una de sus manos entre estos mientras hacia movimientos para que me acercase. Di varios pasos hacia adelante, aunque en todo momento me asegure de que hubiesen pocos metros de distancia entre nosotros.

- ¿q-que quieres? - pregunte por lo bajo intentando desviar mi mirada de el, no podía verlo. Todos mis sentimientos hacia el comenzaban a confundirme, mi mente está hecha un lío y por culpa de un tío quien me lastimo varias veces.

- solo verte, pasa un día y ya te extraño - me guiñó el ojo y mi primera reacción fue un gesto de asco hacia el, no se porque, bueno, si se, y es que me da asco la clase de persona en la que se convirtió. Espero que algún día pueda volver a ser ese hermoso chico con risa particular que me hacía reír y sentir bien todo el tiempo.

- ya me viste, adiós - dije intentando parecer fuerte y frío. Me di vuelta para volver a subir hasta que escuche un fuerte estruendo que provenía de la celda. La miré y vi que era Frank quien había golpeado los barrotes con la porra. Me sobresalte por el ruido y le miré con enojo, no se de donde salió ese sentimiento de ira, pero si que es mucho mejor a temerle.

- ¿qué cojones? - me volví a acercar hacia el, esta vez un poco más cerca, mi mente no está reaccionando como debería y ya estoy cansado de tener miedo, es horrible no poder confiar ni en tu mejor amigo, esta sensación de debilidad, de inutilidad que tengo no la aguanto, estoy harto.

- por favor, no me dejes, juntos podremos volver a estar bien - dijo en tono de lamentación mientras hacia esa estupida cara de cachorrito indefenso, es maldita cara que me enamoro, más de una vez, esa cara que a pesar de no querer ver, disfruto los lejanos recuerdos.

- ¿dejarte? Tu me obligaste a bajar y te aseguro que cuando me vaya ninguno de los dos la pasará bien, tu estarás aquí esperando un amor que se fue hace mucho tiempo, y yo estaré sentado en mi maldito sofá preguntándome porque cojones te dejé volver a entrar en mi vida - dije estresado mientras apartaba mi vista de el y comenzaba a mirar a mis alrededores analizando todo lo que estaba pasando. No se como es que pude reaccionar así, pero siento una gran carga marchándose de mi, por fin puedo decir lo que pienso sin tener miedo.

- sabes, si que es lindo - dije soltando una risa sarcástica mientras recordaba todo lo que habíamos vivido, tanto lo bueno como lo malo. Este se me quedó mirando confundido sin entender a qué me refería.

- ¿qué es lindo? - preguntó como era de esperarse. Me acerque aún más a los barrotes que nos separaban y mi mirada se volvió a llenar de tristeza e impotencia ¿impotencia de que? No se, pero siento que no puedo hacer nada por nosotros, no pude hacer nada antes, y ahora no lo pienso volver a intentar.

HILO ROJO  《FARGEXBY》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora