«Tan destrozado que no puede repararse»
«Tantos errores que tiene miedo de continuar»
El destino ha sido cruel pero justo con ellos, no hubo momento mejor que el ahora, en las situaciones y circunstancias correctas.
«Tan destrozado que no puede repa...
—Hola, mucho gusto. —se presentó Cristopher con una sincera y amable sonrisa ahora al estar frente a Miguel.
—Oh, Cristopher, ¿no? —le dio la mano para saludarlo cordialmente tratando de mostrar la mejor sonrisa que podía en sus condiciones.
—Veo que me recuerdas, Miguel. Me alegro. —él seguía con su radiante expresión sin malicia alguna.
—Oh sí, al igual que Arthur, también quiso venir a mi fiesta, perdona por no decírtelo de antemano, Miguel. Créeme que también fue una sorpresa para mí cuando llegó junto a mi familia del aeropuerto. —se disculpó un poco apenado el menor.
—Oh, no te preocupes.—negó rápidamente con su cabeza, restándole importancia a lo que se deba explicar— si alcanza comida para dos siempre alcanza para tres personas.
—Muchas gracias, Miguelito, en verdad erí un amor de persona. —mencionó Cristopher un poco jovial mientras observaba a ambos con complicidad; una complicidad que Miguel no podía notar.
—Oh, ¿gracias?... Bueno, pasen, los demás los están esperando para saludar y felicitar.
Y fue así como ambos chilenos se adentraron al patio y hogar de Miguel, saludando a sus amigos y familiares que los recibían con los brazos abiertos.
Miguel un poco alejado de la escena solo los veía de lejos mientras su mente se encontraba trabajando pensando sobre ellos dos. Ciertamente ya conoció a Cristopher anteriormente en una celebración del cumpleaños de Francisco. En ese primer momento le pareció un chico de muy buen parecer, amable y cálido. Le agradaba mucho. Pero ahora era un tanto diferente, considerando que su reciente interés amoroso era Manuel.
Si bien ambos terminaron desde hace mucho, Miguel sabía que muchas primeras veces del chileno fueron con Cristopher. Ambos experimentaron mucho juntos, estuvieron un buen tiempo como novios, sabían mucho del otro, y todavía seguían siendo amigos, solo que saberlo y ahora verlo por sí mismo eran dos cuestiones muy diferentes.
Miguel no quería reconocerlo pero muy en el fondo no le agradaba mucho la idea de ambos juntos siendo cercanos y riendo como si aún fueran pareja; no obstante enterró esos pensamientos antes de que echaran raíces, o eso creía.
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Cristopher y Manuel se separaron en el ínterin de los saludos. Miguel observó de lejos como el ex novio de Manuel sonreía y conversaba con los padres del chileno y al encontrase con Pedro, ambos se sumergieron en una charla interminable.
Miguel, muy por el contrario, solo saludaba de una manera breve debido a que era una persona de muy pocas palabras. Ver esas escenas normalmente le harían sonreír por la peculiar personalidad de Manuel; sin embargo, muy en el fondo en su cabeza todavía rondaba en la preocupación por la cercanía entre Cristopher y Manuel.
El ulterior entró a su casa con la finalidad de saludar a los padres de Miguel y agradecerles por toda esta celebración; sin embargo, fue interrumpido por una bola mostaza que llegó rápidamente hasta él.
