«Tan destrozado que no puede repararse»
«Tantos errores que tiene miedo de continuar»
El destino ha sido cruel pero justo con ellos, no hubo momento mejor que el ahora, en las situaciones y circunstancias correctas.
«Tan destrozado que no puede repa...
Una nueva canción empezó, todavía seguían con el género de salsa romántica. Manuel no sabía cómo logró armarse de valor para hacer aquella acción delante de Miguel. Culpaba al alcohol de eso.
Su mejor amigo Pedro le mencionó al peruano acerca de su falta de experiencia en el baile. No es que Manuel fuera completamente malo en ello, solo sabía lo básico, y para lo demás era muy lento en aprender los pasos. De todas maneras, con esos amigos, uno para qué quiere enemigos.
Guió a Pamela hacia el centro de la sala de estar, justamente donde se posicionaron algunas parejas de baile de la canción presente.
Al empezar la nueva canción, Manuel trató que no se notara su falta de experiencia y es por eso que simplemente realizó los pasos básicos de la salsa, pero incluso en ellas, él sabía que le faltaba el característico movimiento de caderas y hombros de un típico bailarín del mencionado género.
Pamela también realizó los mismos pasos para estar en sincronía con él, no obstante, cuando ella se acercó todavía más a él para realizar los otros pasos más cercanos de la salsa sensual, Manuel no fue más allá de sus pasos básicos.
De reojo el menor observó como otra pareja se posicionó juntamente al frente de ellos, estaban demasiado cerca a ellos. Eran Miguel y su compañera de hace rato, al parecer aceptaron el reto de bailar justamente ese género.
La emoción sacudió sus entrañas, sus latidos se hicieron más fuertes. Manuel todavía recordaba cada pequeña expresión en el rostro del moreno cuando el menor invitó a bailar a otra persona, aunque todas sus expresiones decían que iban dirigidas a Miguel. Si jugaba con fuego, muy probablemente se iba a quemar.
Por otro lado, Miguel guió a su compañera justo al lado de la pareja conformada por Manuel. Le demostraría lo mucho que lamentaría sus acciones pasadas. La ladina sonrisa en el mayor se extendió aún más.
La canción ulterior terminó, lo poco que vio Miguel del baile de su amigo chileno, fue que no era tan pésimo, pero no hubo nada más allí. Miguel le demostraría qué es lo que era bailar salsa.
La canción «Si tú me besas» de «Víctor Manuelle» empezó, así como también los pasos de Miguel y su amiga.
Sus primeros pasos fueron los básicos, mientras Miguel tomaba suavemente las manos de su compañera, y ambos se empezaron a mover en sincronía.
No es que Miguel fuera un profesional en el baile, pero hace varios años tomó un curso de danza contemporánea junto a algunos de sus compañeros de su universidad. Entre ellos, su compañera presente. Aquellos cursos eran gratuitos en su universidad pública o bien se pagaba un costo realmente bajo, en su caso, unos pocos 20 soles.
Oh, Manuel sí que lo lamentaría.
Ni bien empezaron con su sincronía, ambos se acercaron un paso, hasta quedar demasiado cerca. Sus cuerpos estaban casi pegados, y sus rostros a unos escasos centímetros. La mirada risueña de su amiga no se despegaba de la suya, Miguel también la miraba con la misma intensidad, sin embargo por unos escasos segundos, desvió su dorada mirada hacia Manuel, quien por cierto observaba cada paso de Miguel.
Su sonrisa se agrandó más. Solo era el comienzo.
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