¿Quizás podemos ser amigos?

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Era un poco menos del medio día, Miguel se encontraba recostado en su cama mientras sostenía una almohada contra su pecho. La apretaba en sus brazos.

«¿Qué había sido todo eso?» Pensó.

Después de aquel incidente en la playa, Miguel regresó junto a su cachorrito a su casa. Era de esperarse que sus padres le preguntarían por Manuel, y es por eso que Miguel ideó una excusa mientras viajaba en el taxi.

Apenas llegó, les dijo la excusa ideada a sus padres y subió rápidamente a su habitación.

Miguel hizo todo lo posible por no hacer notar su nerviosismo ni su sonrojo al oír el nombre de Manuel. No quería hablar de eso con sus padres.

Ni siquiera quería pensarlo, porque ni él comprendía el peso del asunto.

«¿Por qué Manuel hizo... 'eso'?» «¿Por qué le correspondí?» «Diablos. Él no me gustará... ¿o sí?» Fueron algunas de las preguntas que llegaron a su mente.

Recordaba haberse quedado admirando la belleza y pasión de Manuel, creyó que hasta sus pensamientos se detuvieron. No podía explicar como pasó de eso a un beso.

Oh, y no era cualquier beso.

Sintió los suaves labios del menor sobre los suyos, recordaba que en el primer momento, el rostro de Manuel lucía tan hermoso en esa posición, tan apuesto y tan embrujante que no pudo rechazarlo.

Ni siquiera le vino a la mente algún pensamiento desagradable.

Y cuando las cosas se tornaron más intensas, Miguel moriría si lo apartaba.

No iba a revelarlo jamás, pero aquel beso fue tan malditamente caliente, el más caliente en su vida. Sus labios se complementaban, la calidez de sus lenguas se entregaron a la perfección, sus alientos incluso se sentían sincronizados. Era como si sus labios hubieran existido para ese momento. Miguel lo sentía así. Y eso le aterraba.

Hasta hace unas horas él pensaba que ambos podían convertirse incluso en mejores amigos. Ahora descartaba la idea por completo.

¿Cómo podía ser mejor amigo de aquella persona que lo besó hasta el alma?

De alguna forma se sentía ansioso, no solo por recordar cada momento de aquel beso, sino también por el miedo de sus propios pensamientos.

De alguna forma se sentía ansioso, no solo por recordar cada momento de aquel beso, sino también por el miedo de sus propios pensamientos

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Miguel volvió a sonrojarse furtivamente al revivir el momento del incidente que tuvo con Manuel.

¿Cómo rayos lo vería a la cara de nuevo? ¿Cómo podría actuar normal? ¿Cómo podría seguir viviendo sin eso?

«No.No.No. No pienses en eso de nuevo, no es algo que quieras repetir... ¿o sí? ¡No, absolutamente no!» Se repitió constantemente.

Miguel no dejaba de pensar en todo lo referido a Manuel, Miguel no dejaba de interrogarse cada pequeña cosa. Miguel necesitaba contárselo a alguien para que lo ayude aconsejándolo. Él necesitaba a sus mejores amigos.

Only One  || Chirú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora