Only One || Chirú ||

Extra 2: Francisco

[Advertencia: Se exponen ciertas ideas o ligeras menciones depresivas de mu*rte*]

¿Saben que es lo peor de tomar terapia? Que aunado al transtorno mental depresivo, se una todo tu conocimiento de los años de psicología que llevaste con el fin de ayudarte a ti mismo.

En conclusión, eran palabras vacías que ni siquiera calaban en él.

Años antes a huir de su casa, varios pensamientos cuestionables se colaban por su mente, aún cuando en su mayoría su vida no era tan mala.

Al prepararse para ingresar a la universidad del país vecino, cuando ya había decidido que estudiaría, todavía en su mente se conflictuaba la emoción por una esperanza de arreglo así como el pesimismo de no alcanzarla.

En el momento que conoció a Miguel, la persona más maravillosa, en consideración del ecuatoriano, su mundo cambió. La luz brillante que irradiaba el moreno, iluminaba su vida y la hacían menos deprimente. Miguel era la cura para su alma, o por lo menos la dependencia más hermosa.

Los años que vivió alejado de Miguel al terminar su relación en definitiva fueron los peores. Francisco se acomodó tanto al menor que luego ya no supo qué hacer, cómo afrontar su vida.

Los días oscuros se duplicaron. Incluso la presencia de su única mejor amiga no fue suficiente para ayudarlo.

Los primeros meses de su ruptura, Francisco le hizo caso a Itzel y tomó las sesiones terapéuticas con una especialista, o mejor dicho, una colega suya.

No pasó mucho tiempo para que las dejara. Francisco volvió a su vida de impulsos, de autosabotaje, de idas y venidas en las noches con gente que conocía al azar.

Quería morirse, de hecho llegó a ser un pensamiento recurrente que jamás se atrevió a decirle a la mexicana.

Él intentó de todo pero nada le hacía feliz ¿Por qué debería seguir sufriendo? ¿No era cruel?

Cuando se enteró del nuevo romance entre Miguel y Manuel, si bien le dolió porque todavía quería mucho a su ex pareja, también le brindó un rayo de esperanza.

Si volvía con Miguel, ¿Volvería a sonreír? ¿Habría una nueva esperanza para él? ¿Le daría una oportunidad a la vida?

A pesar de la situación, aún en esas circunstancias, Miguel seguía siendo la única luz que podía llegar hasta él.

Francisco se aferró a esa idea, se aferró tanto que hizo hasta lo imposible por recuperarlo. Antes él sería incapaz de entrometerse en una relación, pero ahora en cambio, no le importaba, Miguel era el único, su único.

Tiempo después, tras ver lo mucho que Miguel amaba a Manuel, así también por la charla que sostuvo con el peruano, aclarando de manera certera que nunca volverían al pasado, que ya existía un presente y futuro que marcó él mismo con otra persona; Francisco finalmente se dio por vencido con él. Ya había hecho suficiente, si lo amaba tanto, lo correcto era no seguir arrastrando al más joven en su propia miseria. Era cruel.

Como si retrocediera el tiempo al momento de su ruptura, todo volvió a lo de antes. Francisco se trasnochaba, a veces no comía, salía con diferentes personas, lastimando a Itzel en el proceso. Francisco se autodestruyó.

Él sabía que no era bueno, que era la peor de las escorias, que todo lo que hacía solo lastimaba a los demás, que nadie merecía hundirse con él, que él no era suficiente para nadie. Por eso, muchas veces trató de deshacerse de Itzel, la única persona que lo seguía y apoyaba a pesar de todo. Nunca lo logró.

Solo hubo una vez, una vez donde casi lo consiguió. Recordaba que por más de un mes Itzel no se acercó a él, y dichos días fueron aprovechados para acabar con todo. Sin embargo, aquel fin de semana volvió a tener a la mexicana socorriéndole en su ventana. Ella lloraba y se lamentaba, él en cambio no tenía más que ojos vacíos y ninguna sonrisa para su amiga.