Only One || Chirú ||

Pasado: Cristofer | parte 1

[Universidad de Chile - cuarto año de «Estudios internacionales» - 21 años]

Han pasado muchos años desde la última relación amorosa de Manuel; éste después de Arthur se enfocó en sus estudios y sus amigos, sus nada moderados amigos.

A sus 19 años visitó Perú junto a Martín y Sebastián, la razón era que allí se celebraba un Congreso internacional sobre Negocios Internacionales.

La otra razón para sus amigos era visitar a Miguel, Pedro y Julio. Manuel no lo admitiría pero también tenía ganas de verlo.

Después de dos años de conocerlo por primera vez, la atracción que sentía hacia el moreno no mermaba, eso pudo comprobarlo una vez que lo volvió a ver en la Universidad San Marcos.

Miguel siempre fue atractivo a sus ojos, mas ahora, después de verlo de nuevo, lo era todavía más, el aura que transmitía casi lo dejaba sin habla.

Se podía notar que su alegría y emoción eran más notorias con el paso del tiempo, no obstante descubrió, analizando bien las situaciones, quién era el responsable de aquello.

Su nombre era Francisco, era un nuevo amigo de Miguel, luego descubrió que entre ellos existían sentimientos encontrados.

No iba a mentir, sintió una punzada de dolor al saber eso, no obstante, él no podía hacer nada, él no era nadie para Miguel, eso lo sabía. De hecho se evidenciaba la poca cercanía que ellos tenían.[1]

Sin embargo, Manuel le ayudó a aclarar a Francisco sus sentimientos, no se veía una mala persona, de hecho lo comprendía, aquél se sentía aterrado de que Miguel lo rechazara o que se alejara. Manuel no hizo más que compadecerse.[2]

Tiempo después se enteró de que ellos iniciaron una relación sentimental, el menor se resignó, sobre todo porque lo único que sentía Manuel por Miguel era una simple atracción. Una atracción que duraba años.

Al año siguiente nuevamente fue a Perú, siendo invitado junto a sus amigos para una fiesta por el cumpleaños de Francisco, nunca esperó que éste último le tomara en consideración.

Fue una reunión en campo abierto, con varias personas invitadas, hubo un momento en que fue a saludar a Francisco y por ende también a Miguel.

Inmediatamente lo vio, su corazón emitió latidos erráticos por la cercanía, porque al verlo se quedó prendido de ese aura de amor que se desbordada por todos los poros del moreno, por aquella sonrisa amena y dulce, por aquellos luceros dorados que mostraban un atisbo de la cándida alma de él, porque sorprendentemente Miguel se veía más hermoso que nunca.

Sin embargo, lo ocultó, no podía mostrar lo encantado que se sentía con él.

Recordaba que ese día Pedro casi descubrió todas las fotos que guardaba en su celular acerca de Miguel, felizmente el más alto pudo quitarle el aparato antes de que lo viera, no podía rebelarse, no aun cuando Pedro le decía enojado algunas cosas que Francisco había hecho mal. Manuel no se aprovecharía de eso.[3]

No importaba cuanto le guste el peruano, debía esfumar aquellos sentimientos lejos de su cabeza, sobre todo porque ahora ya tenía un nuevo novio.

Su nombre era Christopher, oriundo de Chile, ambos tenían la misma edad, diferentes estaturas y personalidades.

Cuando apenas lo conoció no pudo negar que éste era atractivo, no obstante, empezaron como amigos.

Primero se trataban formalmente, poco a poco se fueron conociendo, viendo que tenían muchos puntos en común así como divergentes, sin embargo, lo que más le agradaba de ese muchacho ojiverde era su completo sentido de madurez. Por primera vez, supo que aquél era diferente a los demás.