Un paso hacia adelante

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Un domingo por la noche, mientras unos se preparaban para el regreso a clases después de unas cortas vacaciones, otros se empeñaban en ganar un simple videojuego de combates en línea.

Pedro había optado por quedarse a pasar la noche en el departamento de su mejor amigo Manuel, incluso muy a pesar de que al día siguiente tenía que ir a trabajar desde muy temprano, no le importó debido a que era una revancha que le debía desde ya hace unas semanas el chileno.

Ambos yacían en la sala de estar de Manuel, llevaban puesto su rutinaria ropa de dormir; en la mesilla de noche se encontraban algunas latas de cerveza y también unas pocas botanas para pasar el rato; todo ello sin despegar la mirada de la pantalla.

Pedro permanecía concentrado en juego; sus manos se ocuparon en el mando y solo eventualmente alejaba su mano diestra para tomar un trago de cerveza o llevarse a la boca unos cuantos bocadillos.

En medio de los disparos -del vidojuego- Manuel se notaba un poco distraído, y por tanto, casi muere en innumerables ocasiones. Esto no fue de mucha relevancia para el mexicano, así que continuó solo para poder ganar sea cual fuere la circunstancia.

— Pedro...—sin embargo Manuel habló.

—¿Uh? —dijo sin más, tratando así de concentrarse más en el juego debido al peligro que se exponía.

—Miguel... —inmediatamente el peruano fue nombrado, toda la atención puesta en el videojuego se esfumó; por tanto, incluso él sabía que en cualquier momento algún personaje del bando contrario lo mataría.— Él...—no obstante Manuel continuó muy a pesar de que su personaje también se encontraba expuesto al peligro, aunque no podía terminar una simple oración sobre el mencionado.

Pedro, ante la situación, simplemente dejó de jugar con el mando al igual como lo había hecho el chileno hace unos segundos.

— ¿Si Miguel está viendo a alguien románticamente? Pues la respuesta es no. —empezó directo. No era necesario ser adivino para saber las cosas que sucedían entre sus dos mejores amigos.

Apenas mencionó lo ulterior, un leve sonrojo se apoderó de las mejillas de Manuel.

—Eso no era lo que quería preguntar, weón. —se defendió a medias hablando y notándose un poco nervioso.

Pedro se giró con el objetivo de enfrentar cara a cara a su mejor amigo, y con plena desinhibición arqueó una de sus cejas a fin de refutarlo.

— Manuel, no es por ser metiche, pero en realidad se puede notar a kilómetros que ustedes se gustan, no es necesario que exista alguna prueba científica para comprobarlo. Ah, y gracias por decírmelo. —lo último fue con sarcasmo.

Si bien desde ya hace un año se enteró del enamoramiento de Manuel hacia Miguel por medio de la revisión de su celular, nunca lo trajo a colación por pensar que en un determinado momento el chileno se lo diría debido a que supuestamente eran confidentes en casi todo; así que esperó mientras se preparaba para afrontar dicho tema; mas sin embargo, nunca se lo dijo, sólo hasta ese momento donde quien tomó la iniciativa para hablar de aquello no fue más que el mexicano mismo.

—Pedro...—el mencionado negó con su cabeza y continuó.

—No es necesario que te disculpes, cabrón, sé que debes haber tenido tus razones. —y en verdad no lo culpaba, de hecho el propio Pedro tuvo un enamoramiento por Miguel durante años y tampoco se lo contó a Manuel; así que suponía que ambos estaban a mano.— pero ¿No crees que ya es suficiente?

Manuel ladeó su cabeza.

—Como dije, es notorio que ambos tienen sentimientos por el otro, ya invítalo a salir, pendejo, y déjense de mamadas.—bufó mientras se llevaba una papita frita a la boca.

Only One  || Chirú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora