«Tan destrozado que no puede repararse»
«Tantos errores que tiene miedo de continuar»
El destino ha sido cruel pero justo con ellos, no hubo momento mejor que el ahora, en las situaciones y circunstancias correctas.
«Tan destrozado que no puede repa...
[Facultad de Letras de la UNMSM, San Miguel - Perú]
La conferencia había terminado, hasta hace unos minutos las charlas con magistrados y estudiantes, así como la fotografías junto a ellos, también culminaron. Manuel, actual empresario y escritor, ya había alistado su maletín, guardando su libro y algunas separatas que hablaban sobre tal, cuando un grupo de tres estudiantes volvieron a acercarse a él.
Si mal no recordaba, hace varios minutos, ellas fueron algunas de las personas que le pidieron una foto en conjunto y separado. Manuel las recibió con una ligera sonrisa y un poco de curiosidad.
— Doctor Gonzales— empezó la del medio— quería hacerle una pregunta ¿Puedo? —bateó sus largas pestañas.
— Claro, no es molestia.
— Nosotras sabemos que usted estudió en esta universidad, así que...—le siguió la de la derecha, quien desvió su mirada fugazmente a la mano izquierda de Manuel. —uh...
Las otras dos también observaron lo que veía su otra amiga, pero sin tomarle cuidado continuaron.
— Uhm, sobre eso. Lo que sucede es que estamos llevando nuestro último año de la carrera, y aunque todavía seguimos cursando "seminario de tesis" queríamos pedirle si puede ser nuestro asesor ¿Podría?
La misma chica de mediana estatura, tanteó la situación, acercándose unos pasos más a Manuel, casi invadiendo su espacio personal.
Fueron tan solo unos segundos de cercanía cuando se oyeron los pasos de una persona y una corta risa. El hombre moreno con sonrisa de oreja a oreja, ojos bañados por el color del sol, y con vestimenta de colores pasteles, unas bermudas ligeras y una camisa de playa, se acercó lentamente hasta estar de lado de Manuel.
— Mi Manu tan inocente como siempre.
Las chicas fruncieron sus ceños, estudiando al reciente hombre que se aproximó. Manuel, giró a ver al más bajo, extendiendo su tenue sonrisa.
— Están tratando de coquetearte, cariño.
Las estudiantes se alarmaron, negando casi al instante la declaración ajena, pero Miguel, con su natural humor, cortó toda defensa que tenían. Tomó la mano izquierda de Manuel, y asimismo, él levantó su propia mano, enseñándoles el par de anillos que decoraba su anular.
— Ya está apartado, muy, muy apartado. Lo siento, chicas. —se encogió de hombros, viendo como ellas tomaban sus cosas, disculpándose con ambos y saliendo del auditorio.
Una vez se fueron, Miguel volvió a reírse, esta vez fuertemente, poniendo su mano en su vientre por lo fuerte de su risa.
— ¿Te estai burlando de mí de nuevo, Miguel? —dijo de manera divertida el chileno, abrazando a su esposo por la espalda, acomodando su rostro en un lado del hombro y cuello del menor.
Miguel siguió carcajeándose, echando su cabeza hacia atrás, dando en el hueco del cuello de Manuel.
— Es que Manuel, eres muy adorable cuando no entiendes algo. —se excusó.
— Ajá. Y tú eres muy adorable cuando gim... —no terminó su oración, la cual cambió a un tono mas seductor.
Miguel se alejó de los brazos de su esposo.
— Me das calor. Ya vámonos rápido, para que te cambies. Además, los demás nos están esperando.
Manuel, quien fue cortado abruptamente, negó con una sonrisa. Siguió los pasos de Miguel volviéndolo a abrazar solo para molestarlo.
— Está bien, pero iremos al auto así.
Miguel no tuvo otra opción más que resignarse.
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