Revelación

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Ya de camino, Julio le contó lo que sucedió en esos minutos donde Miguel estuvo ausente en el baño.

Itzel había bebido demasiado al punto de no percatarse muy bien acerca de su entorno y sus palabras.

Pedro muy bien conversaba sobre otros chismes que se llegó a enterar, llegando hasta el tema de Francis y Arthur, acerca de como arreglaron sus problemas y decidieron ser pareja. Al hablar de Francis, tuvo que involucrar a su hermana, debido a que ella hace un tiempo tuvo una corta cantidad de citas con el europeo, y al referirse a ella, sacó a la luz que Itzel solo utilizaba al francés para olvidarse de Francisco.

Desde ese momento, el ambiente se volvió un poco incómodo para todos, es decir, los presentes sabían muy bien la larga lucha que enfrentaron Miguel y Manuel con el ecuatoriano, y que lo nombraran así con otra integrante del grupo de amigos, al parecer no sentó bien para su buen humor.

Pedro, quien también se encontraba algo picado con todo el alcohol que bebió esa noche, no tuvo pelos en la lengua al decir que su hermana escogía tipos que iban de mal en peor, primero Alfred y luego Francisco.

Mientras él seguía describiendo los defectos de esas personas, Itzel no se quedó callada tratando de defenderse; sin embargo, lo malo de eso, es que terminó revelando el mayor secreto de su hermano mayor, aquel que tácitamente decidió guardar junto a Miguel.

En cuanto el resto escuchó "No eres quién para hablar de mis relaciones amorosas, te recuerdo que aún cuando Miguel te rechazó hace años, aún sigues enculado de él", toda la sala se enmudeció a excepción de la música.

En cuanto el resto escuchó "No eres quién para hablar de mis relaciones amorosas, te recuerdo que aún cuando Miguel te rechazó hace años, aún sigues enculado de él", toda la sala se enmudeció a excepción de la música

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Pedro y Manuel terminaron en un parque; en todo el camino hasta llegar allí, ninguno dijo palabra alguna. En el trayecto, a Pedro le dio tiempo de bajar su nivel de embriaguez y dedicarse más a la revelación que soltó su hermana pequeña.

Se sentía asustado, él en verdad hizo todo lo posible para guardar sus sentimientos para sí mismo pero ahora todo se iba por la borda por su propio descuido.

Si hubiera estado en sus cinco sentidos en el momento de la revelación, muy probablemente cuando todos se quedaron callados y sintió la mirada fija de su mejor amigo chileno sobre él, sonreiría y fingiría que su hermana deliraba, excusándose por el alto grado de embriaguez de ella y negándose a todo lo que se le acusaba.

Sin embargo, al verse acorralado, no pudo formular ni una sola palabra hacia su amigo ni a los demás.

Los segundos que pasaron en silencio fueron eternos para él, su corazón latía rápido anticipando lo que vendría. Manuel, quien se encontraba sobrio por la prohibicion de emborracharse que le impuso Miguel, se levantó de su asiento y le pidió hablar mejor en otro lugar.

Es así que, en el presente, ambos se sentaron en una de las bancas vacías del parque, el silencio todavía los acogía y Pedro solo escuchaba sus propios latidos ansiosos, así como sentía un revolvimiento en su estómago.

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