Only One || Chirú ||

Final | Parte 2

El centro de eventos era amplio y con muy buenas recomendaciones, por lo que, uno de sus principales motivos para realizar su boda en ese lugar fue aquel. Otra de las razones era que no se encontraba muy lejos de donde arrendaban su departamento, prácticamente medía la misma distancia en camino de lo que los separaba del metro Príncipe de Gales.

Miguel y Manuel, en vista de que solo uno de sus países de origen contenía una legislatura acorde con su futuro matrimonio, decidieron casarse en Chile, asimismo se asentarían en dicho país. La casa que compraron era amplia, cercana a la casa de los padres de Manuel, y también no distaba muy lejos de las playas costeras.

Con los años de espera desde su compromiso, ambos decidieron juntar en una cuenta de ahorros todo el dinero posible. Miguel tenía un muy buen trabajo, y no gastaba mucho más que para algunos regalos para sus seres queridos y la alimentación de su día a día. Manuel, siendo aún un estudiante, no se quedó atrás, realizando prácticas profesionales de su primera carrera, por lo que, unos cuatro años más tarde, ambos reunieron lo suficiente para pagar su propia boda, luna de miel, una casa en chile y además, los padres de Miguel, le dieron como obsequio una casa en Perú, quizás esa no era muy grande, pero podrían mejorarla cuando pasaran sus días allí.

Los organizadores de su boda, en su mayoría hicieron todo el trabajo, eligiendo el local, el estilo y modo de ceremonia, claro que siempre consultando a la pareja destinada a casarse. Es así que, la unión civil se llevaría a cabo en la área verde contigua a la piscina del Centro La Reina; el almuerzo que brindarían, en cambio, se realizaría adentro, en uno de los grandes salones del centro de eventos; asimismo se apartaron otros salones en donde la pareja bailaría sus canciones de boda escogidas y donde los demás podrían disfrutar de la música que tocaría la banda contratada.

Todo se mantuvo en orden llegada la hora de inicio de la ceremonia. En los salones impecables, se ubicaron distintas mesas con platos y utensilios para el almuerzo, el área verde fue ocupado por adornos en blanco, varias filas de sillas y una mesa adelante para cuando la pareja tuviera que firmar los papeles. Los invitados se encontraban sentados en su respectivo asiento forrado de tela decorativa, el ministro ordenaba sus papeles y el micrófono en mano, y Manuel esperaba de pie para su entrada, enlazado con el brazo de su madre.

En cuanto llegó el aviso de la llegada de Miguel, la ceremonia comenzó. La banda contratada empezó con una suave melodía, siendo ésta aprovechada por Martín, quien decoró con pétalos de flores todo el piso o alfombra allí cubierta en donde recorrerían la futura pareja de casados.

Tres minutos después, la música cambió, sonando la melodía clásica de nombre "soleado", para esto Manuel comenzó con su caminata al lado de su madre, llegando así hasta adelante frente al ministro. La música siguió sonando, las miradas que lo seguían en su caminata, se giraron al recién llegado, y esa fue la señal de Manuel para hacer lo mismo. Miguel llegó al inicio de la alfombra, enlazando su brazo con su propia madre.

Manuel lo observó sintiendo como su pecho se hinchada de orgullo y felicidad. Era Miguel, su Miguel, quien con un conjunto blanco y un peinado hacia atrás, avanzaba a paso lento, no despegando su mirada de él.

Manuel creía que su novio no podía ser más hermoso de lo que era, pero cada día descubría que estaba equivocado, sí podía hacerlo. En ese instante, Manuel tembló ligeramente aún costándole procesar como es que la única persona que había amado por bastante tiempo, le correspondía de igual forma, aceptando unir su vida entera con la suya. Parecía un sueño, un hermoso sueño.

Por otro lado, Miguel, quien seguía avanzando en compañía de la música, no apartaba su dorada mirada de su novio. Manuel se veía tan genial y apuesto en ese traje negro de corbata de moño y su pelo castaño bien peinado hacia un lado, tan alto y con porte elegante. Miguel empezó a creer que se casaría con una celebridad. A sus ojos, Manuel era la persona más guapa del planeta, y no solo eso, Manuel era mucho más, él se había encargado de demostrarlo a través de sus siete años de noviazgo.