Reencuentro | Parte 1

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Era de mañana, la luz del sol se filtraba por las ventanas del inmueble en el centro de Lima, asomándose consigo los primeros signos de una temprana temporada de verano. Hace una semana, vino de visita al país donde estudió su pregrado universitario; su acompañante fiel era su mejor amiga Itzel, que de alguna manera encontró el tiempo suficiente para apoyarlo incluso en estos días en el lugar donde tuvo los momentos más felices y tristes de su vida.

Francisco se sentó en el sofá mientras leía un libro de psicología, buscando así llenar el tiempo antes de que vuelva Itzel del supermercado con las compras del día. Estaba sumido en su lectura hasta sentir los sonidos de notificaciones del celular a su costado. Giró su rostro y enfocó su mirada en el aparato telefónico; al parecer la mexicana nuevamente se había olvidado de llevarlo consigo.

La pantalla se encendió por las constantes notificaciones simultáneas; Francisco sin preverlo pudo llegar a leer los nombres y contenido de un par de mensajes llegados.

"Felicidades por su noviazgo, chicos."

"Gracias a todos, son muy amables con nosotros. <3"

El remitente del último mensaje era Miguel.

El solo hecho de ver el nombre de su ex pareja, así como la frase extraña por parte del otro remitente, iniciaron las sospechas en Francisco.

Dejó su libro a un lado del sofá, tomó el celular de Itzel, deslizó su dedo en la pantalla, y de inmediato se desbloqueó. Éste no tenía contraseña ni ningún patrón de bloqueo. Su mirada se afiló con sospecha al entrar al chat grupal de donde provenían todos esos mensajes.

Sus latidos ya eran erráticos desde antes de entrar y ver todos los mensajes mandados. Su pulso se aceleró debido a la intriga y miedo por lo que se le cruzó por la cabeza; de manera subconsciente sabía que saldría lastimado. Efectivamente el contenido de todos los mensajes solo confirmaron su inicial sospecha.

Miguel empezó una nueva relación romántica.

Francisco no era estúpido, sabía que tarde o temprano eso pasaría, después de todo, ellos terminaron hace casi dos años. La manera natural del fluir de las cosas era que el tiempo cure todo, y todo siga su curso. Él solo sería un recuerdo más de Miguel, así como Miguel lo sería de él. Sabía que debía aceptarlo, pero no era fácil, no cuando sus sentimientos por él seguían intactos.

Sin embargo, lo que más le sorprendió de esa información llegada, era la persona con quien Miguel se emparejaba. Hace tiempo pensó que tarde o temprano Pedro ocuparía su lugar; nunca se le cruzó por la mente que la persona al lado de Miguel sería Manuel. De hecho, si le preguntaran, el chileno sería su última opción. En todo el tiempo que lo conoció, jamás reveló algún indicio de enamoramiento hacia el peruano, casi nunca pasaba tiempo con él, existía una cierta rivalidad entre ellos, y con mayor razón, él fue quien -de alguna forma- con sus palabras lo impulsaron a confesarse a Miguel, quien entonces era su mejor amigo en Perú.

Era una noticia impactante y desconcertante. No le gustaba.

Apretó el celular entre sus dedos.

De buena o mala suerte escuchó el sonido de las llaves siendo utilizadas para abrir la puerta del apartamento. Era Itzel que con una gran sonrisa traía las compras del día.

— Ya estoy aquí. —habló emocionada dejando las bolsas en la mesa.

Al dar con Francisco, su sonrisa poco a poco se fue borrando. No lucía bien, se veía tenso y molesto.

— ¿Francisco? —se acercó con cautela un par de pasos.

El completo silencio fue su única respuesta. El ecuatoriano todavía veía la pantalla entre sus manos; después de varios segundos levantó su mirada hacia la menor.

Only One  || Chirú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora