El juez alzó el martillo en el aire - Señor Isaza, la custodia es suya, caso cerrado - dijo el juez dando un par de golpes contra la base y se levantó para abandonar la sala.
Los chicos corrieron hacia Isaza, saltaron hasta que la oficial les hizo una seña para guardar un poco de silencio - Venga perro que esto hay que celebrarlo - le dijo Simón dándole golpecitos en el hombro.
-Primero debo ir a recoger a Isabel - le recordó Isaza.
-Vaya por ella mientras nosotros preparamos todo para cuando lleguen - le dijo Martín dándole palmadas en el pecho.
-No te preocupes, yo los vigilo - se adelantó a decir Nath.
-Gracias - dijo tomando su abrigo para salir de ahí.
Él suelo estaba mojado, había llovido y mientras caminaba pateó un par de charcos con una auténtica sonrisa en la cara, se paró frente al edificio donde recogería a su pequeña, estaba abriendo la puerta cuando ella salto a sus brazos - ¡Mi niña, lo logramos! - decía dándole vueltas en el aire - somos el mejor equipo - terminaron chocando los 5.
Los dos salieron de aquel edificio, Isaza la levantaba para que saltara sobre los charcos, un par de veces terminaron salpicados, pero nada de eso importaba, estaba juntos, y estarían juntos por el resto de sus vidas, parecía que nada podría arruinar ese momento. Parecía.
-Dame a la niña - escucho detrás suyo.
Se quedó estático, sabía perfectamente quién era - oiga, perdió, acéptelo ya...- al darse la vuelta se encontró con un arma apuntándole.
-Lo diré una vez más - acerco el arma hasta su cabeza - dame a la niña - No tenía ninguna expresión en su voz.
-Cálmese, solo cálmese - Isaza mantuvo a Isabel detrás de él - es una locura, solo relájese.
El hombre alejó el arma y retrocedió un par de pasos – ¡Entrégame a la niña! - gritó fúrico y con los ojos rojos de contenerse la rabia.
-Jamás se la entregaría - ahora Isaza la protegía en sus brazos.
-Como quieras - dijo el hombre dando media vuelta.
Isaza seguía de cuclillas abrazando a Isabel - ya pasó - le repetía acariciandole la cara intentando tranquilizarla.
-Si no se va conmigo, no se va con nadie - gritó el hombre regresando a donde Isabel e Isaza. El gatillo se activó. El agua de los charcos se tiñó de rojo.
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La hija de Isaza
FanfictionPapi... Somos un equipo. Cuando Isaza dijo que 11 besos era una canción de cuna no deje de pensar en que pasaría si tuviera una hija, esta historia pasa en un futuro distante y alternativo.