Una supervisora fue a revisar la casa para así poder cerrar el expediente del caso que ahora estaba a la vuelta de la esquina. El juicio se llevaría a cabo en dos días. La emoción y nerviosismo le recorrían hasta los huesos a Isaza mientras la mujer hacía una inspección a todas las instalaciones de la casa. - Muy bien señor Isaza, no hay más que esperar al veredicto del juez. - Dijo cerrando la carpeta y haciendo una seña para que los oficiales que le acompañaban salieran de ahí.
-Hey... -dijo para llamar la atención de una de las oficiales a la que reconoció - emm... gracias, nada de esto habría pasado de no ser por usted - dijo cuando esta volteó a verlo.
-Es mi deber, no hay nada que agradecer - dijo sonriendo para luego abandonar el lugar.
A la mañana siguiente pasaron a recoger a Isabel, pues debe estar en manos del gobierno durante el lapso pertinente antes del juzgado. Ese día Isaza durmió despreocupado, algo le decía que, aunque no la tuviera ahí a su lado ahora, era solo por un momento, que todo saldría bien y que nadie, jamás pelearía la custodia de su hija nunca más. Estaba tan seguro de que ahora si podía ganar el juicio. Ahora tenía más armas. No estaba preocupado. Ya no más. Estaba ansioso. Había dejado el traje preparado. Había arreglado la casa para cuando Isabel regresara. Nadie se la iba a quitar de su lado. Nadie.
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La hija de Isaza
FanfictionPapi... Somos un equipo. Cuando Isaza dijo que 11 besos era una canción de cuna no deje de pensar en que pasaría si tuviera una hija, esta historia pasa en un futuro distante y alternativo.