Todo estaba oscuro, apenas podía moverse, abrió los ojos con dificultad, intentó enfocar algo, no sabía dónde estaba, de pronto vio siluetas familiares - ¿Moncho? - dijo frotándose lo ojos - ¿Nath? ¿Marto? ¡Villa! - dijo al verlos ahora más nítidamente, su mirada se congeló en la joven que sostenía su mano, la miró detenidamente, sonrisa amplia, grandes ojos ojerosos, un mechón de color. Llevaba un overol pintado y una camiseta de fútbol.
-Lo lograste... - los ojos de la chica se cristalizaban - sabía que lo harías padre - le dio un abrazo corto para no lastimarle.
-¿Isabel? - Atinó a preguntar y ella asintió conteniéndose las lágrimas - ¡Pero si ya eres una señorita! ¿Cuánto tiempo llevo aquí? - dijo acomodándose en la cama.
-Un par de años - le dijo Simón con humor en su tono - pero no se preocupe, la cuidamos bien - dijo abrazando a Nath y señalando a Isabel.
-Por "cuidamos", se refiere a todos - Martín señaló a Villa y a Laura que esperaba afuera.
-Eso explica muchas cosas - dijo señalando la vestimenta de su hija.
-¿Qué no te gusta? - Isabel miró su ropa algo apenada.
-Me encanta, te ves hermosa, eres igual a una princesa - le tomó la mano par acariciarla.
-Una princesa durmiente más bien, Isabel lleva aquí tres días desde que notificaron cambios en su estado, Isa, y francamente parece que necesita dormir un poco - interrumpió Simón.
-Deberías descansar un poco - le dijo tiernamente su padre.
-Y usted también debe mantener reposo Señor Isaza - dijo la doctora entrando al cuarto - La hora de visitas terminó, haremos lo estudios pertinentes y daremos el alta lo más pronto posible para que regrese a casa - terminó señalando con la pluma hacia la salida.
-Pronto iremos a casa papi, lo prometo - le dijo Isabel soltando su mano y con una sonrisa ladeada.
Una vez fuera se recargo en la pared y perdió la fuerza de su cuerpo, los chicos lo notaron al instante y fueron a abrazarle - Isabel, Isabel, respira, cálmate - le decían sin soltar su abrazo.
-Pensé que ya no desperraría - se ahogó en sollozos - pensé que lo había perdido para siempre... Dios, no puedo creerlo... Dios, Dios, gracias Dios mío - su voz era cada vez más baja.
- Ya cálmese, ya pasó, todo ya paso, no tendrá que preocuparse nunca más de que algo le pase a Juan, él está bien, él está aquí gracias a usted - le calmaron los chicos mientras ella repetía inaudibles oraciones ahora hincada en el suelo.
-Puedo ver un segundo a Juan? - le preguntó Villa a la doctora - es importante - aclaró al ver su cara de desaprobación.
-5 minutos - dijo sería.
-5 minutos - confirmó el chico entrando a la habitación.
-Villaco, creí que se habían ido - le dijo el mayor dejando los cubiertos de la comida que recién le habían llevado.
-Si, ya nos íbamos, pero Isabel se puso sentimental y nos quedamos un rato más - tomó una silla para sentarse junto a él.
-Mi bebé... - suspiro recordando cuando era pequeña - gracias por cuidar de ella Villo.
-Que va, ella cuido más de nosotros, es una chica que vale la pena - terminó riendo.
-Me gustaría haber estado con ella mientras crecía - terminó mirando la puerta.
-Aún puede acompañarla - Villa interrumpió sus pensamientos.
-Pero por cuánto tiempo, pronto tendrá novio, se irá a la universidad y hará su propia vida, se casará y tendrá una familia, se olvidará de mi - su mirada se entristeció imaginándolo.
-Isa, lo último que hará Isabel es olvidarlo, usted es todo para ella. Cuando la recogimos ella insistía en venir todos los días a verle después de la escuela, se quedaba aquí y le contaba cuentos, le cantaba canciones y le platicaba sobre lo que pasaba en el mundo.
-En serio? - levantó la miraba buscando la respuesta de su amigo.
-¡Si, claro! Y cuando recaía, ella se quedaba aquí a dormir el tiempo que fuera necesario. - la mirada de Isaza se iluminaba con cada palabra del relato - y se llevaba una bolsa de dulces a vender en la escuela para ayudar a pagar lo que necesitará - Villa terminó abrazando a Isaza que tenía lágrimas acumuladas debajo de los ojos.
-Mi princesa no debió preocuparse por algo así - le dijo cuando pudo hablar.
-Pero ya lo hizo, y le aseguro que se va a preocupar por usted toda la vida, después de todo es su padre, y lo adora incondicionalmente. Usted es su ejemplo - dijo señalándolo.
-¿Qué enseñanza le pude dejar, si no tengo nada? - le respondió serio.
-No es lo que tenga o no, es lo qué Isabel ve en usted, para ella usted siempre ha sido como un superhéroe... mire, aprendió a tocar instrumentos por usted, le encanta cantar por usted, va a sus clases porque quiere que usted esté orgulloso, cuando se enoja le recordamos que usted es igual de explosivo y se calma porque "hay que mejorar la raza", ¿Entiende el punto? Ustedes son un equipo, no hay día que pase que Isabel no nos recuerde eso - Villa se levantó al ver la seña de la enfermera diciéndole que el tiempo había terminado - están en esto juntos, son lo único que tendrán hasta el final, y ella lo ama. En verdad que lo ama - dijo cerrando la puerta después de esto último.
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La hija de Isaza
FanfictionPapi... Somos un equipo. Cuando Isaza dijo que 11 besos era una canción de cuna no deje de pensar en que pasaría si tuviera una hija, esta historia pasa en un futuro distante y alternativo.