Sonó el timbre. Isaza no esperaba a nadie y no tenía humor para abrir la puerta. Se cubrió la cara con la almohada y espero que dejara de sonar, pero no lo hizo.
Afuera la pequeña revisaba los papeles una y otra vez. - Pero si este es el número - se repetía a sí misma sin comprender por qué no abrían la puerta - es aquí - decía pasando los dedos suavemente sobre la madera de la puerta - debe ser aquí - el agua escurría por su cabello mojado por caminar entre la lluvia. Sus rodillas chocaban entre ellas a causa del frío. No podía evitar pensar que había fracasado. Soltó un suspiro y se dio la vuelta. Caminaba con los zapatos empapados hacia las escaleras cuando escuchó una puerta abrirse. Con los ojos cristalizados y una sonrisa se volteó entusiasmada, pero al segundo se desanimó al ver a una viejita saliendo de su casa con su perro.
-Niña mírate nada más. Ponte un suéter o algo, te vas a enfermar - dijo la mujer pasando a su lado.
-Si... hmm- se limitó a responder aún desilusionada. Clavó la mirada en el suelo. Entonces sintió una palma caliente en su hombro.
Era Isaza.
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La hija de Isaza
Fiksi PenggemarPapi... Somos un equipo. Cuando Isaza dijo que 11 besos era una canción de cuna no deje de pensar en que pasaría si tuviera una hija, esta historia pasa en un futuro distante y alternativo.
