Capítulo siete

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JOY

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JOY

Lunes 29 de agosto

Libre soy

Todos tenemos un límite y con certeza puedo decir que este es el mío.

Estoy que echo humo y ahora mismo te voy a contar la razón:

Rick. Maldito. Green.

Él, Stuart Tucker, Relevance y ese afán de esta gente de menospreciarme.

He pasado las últimas dos semanas enfrascada en una campaña publicitaria para esta importante marca de relojes. Me he quedado noches enteras despierta gracias al café, no he lavado mi pelo en tres días y no he atendido el teléfono ni siquiera a mi mejor amiga para terminar esto.

Y, una vez más, luego de presentar mi propuesta y todo el material en el que trabajé, ese pequeño imbécil de Stuart Tucker me dijo «buen trabajo, Rodríguez, de aquí en adelante nosotros nos encargamos».

¡Nosotros nos encargamos! Te voy a decir qué putas significa eso. Significa que él se apodera de todo el material en el que trabajé y se lo entrega a Rick, quien hará dos o tres modificaciones sin importancia para luego presentar el proyecto a la junta y llevarse el todo crédito.

Pensé que de verdad las cosas cambiarían después de que hablé con Tucker la última vez, pero está claro que no es así. Ellos deben pensar que soy una grandísima idiota a la que pueden darle migajas para mantenerla controlada. Me dejan presentar proyectos pequeños y piensan que eso me hará morderme la lengua cada vez que me hacen ceder mi trabajo a Rick.

Juro que lo he soportado lo mejor que he podido. Porque es la maldita Relevance. La agencia publicitaria de mis sueños. Porque nadie renuncia a este lugar, todos los que saben algo de publicidad matarían por trabajar aquí.

Pero, ¿sabes qué? No tomaré más mierda de esta gente.

Estoy harta.

Y si debo ser la primera demente en el mundo que renuncia a esta pesadilla, me llevaré el título con gusto. Peores cosas he enfrentado este año.

Cuando Rick Green termina de presentar mi proyecto, todos aplauden. Los clientes no demoran en halagarlo y compartir con todos cuán encantados se hallan con las ideas presentadas para la publicidad de su nuevo producto.

Mis ideas.

—Pensé que este concepto era exactamente el que encajaría con la visión de la marca —dice Rick, como si tuviera una jodida idea de lo que habla.

Maldito impostor.

Estoy tan cabreada e indignada que aprieto el lápiz que tengo en la mano con tanta fuerza que lo parto en dos. ¿Cómo es posible que exista gente así de descarada? No, la pregunta correcta es: ¿cómo es posible que yo haya sido tan idiota como para quedarme aquí durante tanto tiempo?

Sol de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora