Unidos... |Trilogía Were Hunter #3

Cap 3

Devora sonrió feliz.

—¿Pasa algo hermana?

—Hoy es el día hermano. ¿Todo listo?

Patrick asintió.

[...]

Archeron estaba mirando de nuevo las nubes.

—¿Dónde diablos estas Kalis?

—Amo. —una voz masculina se escucho detrás de él.

—¿Qué averiguaste?

—Fue difícil pero él me dijo que la magia de los Were Hunter padres pasan a sus hijos para darles más protección. Aunque es muy raro. Pero puede suceder. Eso explicaría porque Ayel y Urías no tenían sus técnicas especiales.

—Gracias Lon, puedes retirarte.

Con una elegante reverencia Lon se fue.

—Kalis... Voy a encontrarte...

[...]

Ayel y Urías estaban en el patio de su casa, tenían un área de césped cercada donde practicaban mientras Alex jugaba en una manta cerca de ellos.
Ayel tenia su espada en mano y miraba a Urías con los ojos entre cerrados.
Con una señal con su dedo índice Ayel le indico a Urías que podía empezar.
Urías fue con todo. El metal de ambas espadas chocaron dando por iniciado la pelea. Ayel giro sobre si y pateando a Urías lo alejó lo suficiente para volver a atacar con la espada. Urías la intercepto evitando ser lastimado.

Ayel retrocedió al momento que Urías le ataco. Una, dos, tres veces y Ayel por poco y no las libra.
Agachándose Ayel pateo a Urías haciéndolo caer de espaldas en el césped.
Girando rápidamente la espada Ayel ataco hacia su pecho. Urías logró meter la espada entre ellos y forcejeo.

—Vaya... —Urías intento respirar entre dientes —Eres fuerte...

—No... Subestimes a un Centinela Aristi.

—Oh, no lo hago.

Urías desapareció.

—Chi' odio cuando haces eso. —Ayel se levantó y buscó. Girando sobre si ataco a Urías quien estaba materializándose.

—¡Wow! —Urías se alejó a tiempo y desapareció.

Aparecía y desaparecía dejando realmente irritada a Ayel. Cuando volvió a aparecer ella se abalanzó encima de él y rodaron juntos hasta que ella se colocó encima y con la espada ataco de nuevo, como siempre Urías la detuvo.

—¿Sabes...? —siseo Urías tratando de tomar aire —En esa pose te ves sexy.

—Lo sé.

Urías logró levantarse con los codos mientras sostenía la espada. —Realmente me gustaría hacerte el amor aquí.

Ayel quedó perpleja y asombrada. Tiempo suficiente para que Urías lograra despojarla de su espada haciéndola caer lejos y desvanecerse.

—¡Eh! —Ayel le dio pequeños golpes en el hombro. —¡Eso no es justo!

Urías desapareció su espada y tomándola de las muñecas para evitar que se moviera la beso.

Ayel jadeo y Urías la recostó de espaldas en el césped. Colocó sus manos por encima de su cabeza y se deleito en sus besos.

—Gane. —sonrió él

Ayel alzo una ceja —Si este es mi castigo por perder lo haría siempre.