Cap 12

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—La voy a encontrar.

—Ya la encontraste. —respondió la persona mientras caminaba hacia él para pararse a su lado y mirar por el gran ventanal de la casa de Ash.

Ash sacudió la cabeza. —No es ella. Lo sé.

—Sin embargo Devora la está buscando.

Archeron miro al hombre a su lado, era alto, musculoso, vestía una túnica blanca y tenia el cabello negro. Sus ojos eran rojos.

—¿Has venido a molestar Savitar?

Savitar miro el cielo. —Si, no tengo otra cosa mejor que hacer.

Ash suspiro y miro el cielo imitándolo. —¿R-realmente crees que sea ella? —preguntó Archeron con tono vacilante aún sabiendo la verdad.

—Lo dudo, pero hasta ahora sólo una Were Hunter ha mostrado signos de ser ella.

—Se supone que rencarnara en una humana.

—¿Estás seguro?

—Si. —asintió Ash —Estuve ahí

—Es una Were Hunter bastante fuerte. Posee dos artes prohibidas. Aunque ella no lo sabe, y si lo supiese no ha dicho nada. —Savitar observó las nubes  —La he observado por mucho tiempo y ahora tiene una familia, sería una pena que dejase sólo a su hijo y esposo.

Ash suspiro cansadamente. —Cierto, si llegase a morir a Urías no le pasaría nada, pero ese no es un efecto de ser la ónix —afirmó Archeron —Lo sé.

—Eso es lo que quieres creer. —el tono de voz de Savitar era neutro —No se sabe a ciencia cierta. Después de todo seria la primera Were Hunter ónix.

—Tengo la seguridad de que no es ella. Kalis sólo nos está engañando.

Savitar lo miro de reojo. —¿No tengo qué recordarte lo que tienes que hacer si Ayel resulta ser Kalis verdad?

Archeron apretó la mandíbula. —No.

—Bien, porque el destino del mundo... —Savitar sacudió la cabeza —No, del universo está en tus manos y en las de ella. No puedes dudar. No queremos que pase lomismo de aquella vez. —le dio la frase cargada de pereza —Por poco y pones en riesgo la vida de muchos por una estupidez. —le regaño.

—¿Nunca te has enamorado? —Ash cambio de tema

—No soy un humano —le afirmo con seguridad —No nos enamoramos que te quede claro.

—¿Zeus?

—Zeus es un dios, para él no es amor, es deseo y estupidez.

Archeron asintió.

—Escucha hijo, no puedes. Ella no es fiable. Está maldita…

—Como yo —vacilo Ash

—Tú caso es diferente.

—¿En qué es diferente?

Savitar lo miró —En que tú estas maldito por las destino

—¿Y ella no? —bufo

—No sólo por ellas, si no por todos los dioses de los demás panteones, no sólo los griegos. Eso quiere decir que es más fuerte que nadie. Y si no la detenemos antes de que llegue a su madurez…

—Podría matarnos, lo sé. —remató Archeron

Savitar suspiro —La chica me cae bien, joder muy bien, y no deseo que sea esa Were Hunter —siseo —Aunque está loca por compararme con un dios griego, tengo que admitir que tiene mucho valor.

Ash sonrió. —Si, es muy valiente.

—Realmente lamento que este envuelta en una situación así. Sin embargo puedes salvarla.

Ash negó —Sólo voy a interferir si Ayel no es la ónix.

Savitar suspiro cansadamente —Bien, me voy. —caminando a una gran puerta de oro Savitar lo miró. —Es tu deber hacer algo.

—Eso también lo sé. —siseo Ash

—Bien. Cuando confirmes si es ella me dices y me hago cargo de tus Dark Hunters ¿entendido?

—¿Podrás? —le cuestionó Archeron mirándolo

—Si. Pero si se portan necios los pulverizo

—Que agradable —se mofo

—Odio serlo.

—¿Donde están? —Archeron vio las nubes que residían debajo de él y las vio de color negro. No grises. Sino negro con toques rojos.

—Tienes que mantenerte firme.

—Lo sé…

—Están en Brasil. —dicho esto desapareció.

Archeron apretó la mandíbula —Kalis, por tú bien aléjate de ella. —suspirando cansadamente cerro los ojos —Espero por los dioses que no seas tú Ayel.

Unidos... |Trilogía Were Hunter #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora