Cap 16

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Después de caminar una hora al fin encontraron la cabaña donde se quedarían a descansar.
Estaba vieja, desgastada pero abandonada. Podían quedarse a descansar y pasar la noche ya que algunas nubes se formaban en un intento de volverse una tormenta.

—Hemos llegado... —suspiro Ayel —Vamos a entrar.

Abriendo la puerta hacia dentro está dejó salir un sonido seco y crudo.
La cabaña tenía una gran sala con las ventanas rotas donde el aire frio entraba sin detenerse. Un pasillo los llevaba a otra habitación sin puerta y sin ventanas, pero nada más.

Urías regreso después de haber revisado la casa.
Con la ayuda de Ayel taparon las ventanas.
Ágata tenía a Alex en brazos. Un dolor profundo la invadió y miro al bebé.
Alex tenia su manita en un puño mientras la metía a su boca.

“Ágata...”

Ágata siseo y se encogió de tristeza.

¿Qué...?

Una ráfaga de dolor le llego y tuvo que cerrar los ojos fuertemente. Recuerdos le invadieron y como rayos le llegaron.

“Querida, tienes que dejarme entrar...”

¿Qué...

“Mi niña... Tienes que ver esto... —susurró —Tus padres... Ellos... Fueron... Mi niña... —la voz de la mujer se quebró.”

¿Qué pasó con ellos? —siseo —¡Dímelo!

[...]

Devora sonrió —He averiguado... Quienes fueron los causantes de la muerte de tus padres... ¡Mi niña tienes que salir de ahí!

[...]

El corazón de Ágata se detuvo.

¿Quienes...

“Debes huir de ahí... ¡Los padres del bebé son unos asesinos!”

No... No... Ellos...

“Sólo puedo protegerte si me dejas entrar a la casa... Di que me dejas entrar en voz alta. Te protegeré a ti y al bebé”

No... Ellos... No pueden...

[...]

—Dime querida, ¿alguna vez he fallado? —sonrió Devora alzando una ceja.

[...]

La respiración de Ágata se acelero. Se levanto del piso y los miro mientras cerraban las ventanas.
No, ellos no. Ágata se negaba a creer que habían sido los asesinos de su padres.
Pero la voz... La voz desde hace un mes que estaba en su cabeza le había dicho todo acertadamente.

Nooo... —susurro con voz temblorosa
Mirando a Alex dormido en sus brazos trago saliva salvajemente.

“Mi niña... Escucha bien, los hombres vendrán por mandado de ellos... Te matarán sin piedad. Abre la puerta y déjame usar mis poderes para salvarlos a ambos.”

—¿Todo bien? —le preguntó Ayel —Te ves algo pálida...

Ágata asintió —Tengo calor ¿ustedes no?

Urías la miro extrañado —No... Al contrario hace frío.

Ágata camino a la puerta con Alex en brazos.

Unidos... |Trilogía Were Hunter #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora