Cap 14

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—Haremos guardia. —hablo Urías en inglés mientras acomodaba algunas hojas secas de tal manera que formaran una reconfortante cama. Habían hecho espacio suficiente para dormir y lo habían rodeado de ramas grandes para evitar cualquier
cosa rastrera. —Yo montaré la primera guardia.

Ayel asintió mientras acomodaba a Alex quien ya estaba dormido en las hojas.

Ágata bostezo. —Yo igual quiero hacer guardia

Ayel sonrió. —Vale, harás guardia con nosotros.

Urías y Ayel se recostaron en las hojas con Alex y Ágata en el centro. Alex junto a Urías de su lado derecho y Ágata junto a Ayel de su lado izquierdo.

Los tres tenían las manos en la cabeza mientras miraban las estrellas.

—Y esa es la osa mayor. —Urías mostró la constelación.

Ayel sonrió. —¿La viste Ágata? —Ayel calló al sentir una mano en su cintura. la miro y Ágata se había acurrucado a su lado ya dormida.
Con su brazo la atrajo a ella y la abrazo.

Urías las miro. —Parece tu hija.

Ayel sonrió. —Tiene mi color de ojos y tú color de cabello, irónico ¿no?

Urías asintió. —Lo es.

—Me costará despedirme.

—Pero al menos la llevaremos a casa donde estará segura.

—En eso tienes razón. —bostezo —Me despiertas para que vigile, ¿entendido?

—Vale, lo haré.

—Cuidado y no lo hagas Urías, que me las cobro.

—Eso lo sé. Y no pienso arriesgarme. Descansa.

Ayel asintió y cerro los ojos.

[...]

Una brisa fresca hizo que Ayel parpadeará. Miro a su alrededor y Urías no estaba.
Alex dormía junto a Ágata.
Se sento y los miro. Realmente parecía que Ágata era su hija. Acariciándola paso un mechón de cabello detrás de su oreja. Tenia el cabello hasta los hombros.
Ayel estaba tan concentrada en ellos que no vio a una pantera acercándose a ella.
Sigilosamente y con elegancia Urías se acerco a ella desde atrás.

Ayel sólo supo de él cuando sintió una respiración en su cuello.

—Queda bajo arresto

Ayel alzó una ceja y lo miro. —¿A qué se debe el cargo? —susurró

Urías se acerco a ella y dejó caer su cabeza en sus piernas. —El cargo... —susurró —Es verse hermosa... —la miro

Ayel sonrió y levantando la mano le acarició la cabeza. Urías cerró los ojos y se dejó llevar por sus caricias.

—Muy pocas veces te he visto como pantera —reconoció ella

—A veces se me olvida que lo soy.  Contigo a mi lado parece que soy un
Arcadiano... —Urías sacudió la cabeza y la miro —No, realmente parece que soy humano.

—Lo eres

—Lo sé, me refiero a totalmente humano

Ayel asintió. A veces así se sentía igual. —Te amo... —Ayel le acaricio las orejas. —Descansa... —susurró ella antes de darle un beso en la cabeza.

Pasado los minutos y hasta que Urías estuvo realmente dormido Ayel lo bajo de sus piernas. Y lo acomodó. Era hora de hacer guardia. Volviéndose pantera se alejo de ellos para revisar el perímetro.

Unidos... |Trilogía Were Hunter #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora