Urías entró alterado y cerró de golpe —¡Tenemos que irnos!
Un hombre abrió la puerta y grito: —¡Están aquí!
Ágata sintió sus pulsaciones a mil. Urías actuó rápidamente y dejó en instantes inconsciente al hombre.
Ayel tomo a Alex y saliendo del cuarto otro hombre venía por el pasillo.
—¡Aquí! —grito alertando
—¡Corran! —Urías empujó a Ayel quien abrazaba a Alex con una mano mientras que con la otra tomo a Ágata de la mano para llevarla con ella.
Urías se quedo detrás de ellas para protegerlas.
“Ágata...”
Ella apretó los ojos para alejar la voz.
“Te lo advertí. Ellos vienen por ti. Si quieres huir de ellos debes alejarte de la pareja. O morirás”
Ágata miro a Ayel quien la conducía por cuartos y pasillos para intentar salir del hotel.
La voz tenia razón, siempre la había tenido. Eran buenas personas. No dejaría que los lastimasen. Ágata tomo valor y se soltó de la mano de Ayel.
“¡Derecha! —le guio la voz”
Ágata le hizo caso.
—¡Ágata! —grito Ayel
Ignorándola por completo Ágata dio vuelta por un pasillo.
“¡Izquierda! —ordenó la mujer —Luego da vuelta a la derecha”
Ayel corría detrás de ella intentando tomarla de la mano.
“¡Sigue corriendo!”
Urías golpeó al hombre para dejarlo inconsciente. —¡No pierdas de vista a Ágata!
Ayel corría lo más rápido que podía. Pero Ágata le ganaba por mucho. Eso sin mencionar que tenia a Alex en brazos.
—¡Ágata!
Ágata siguió corriendo sin detenerse.
“¡Derecha y luego otra vez!”
Ágata obedeció y giro a la derecha, luego a la derecha lo más rápido que pudo.
“¡Sigue!”Ágata corrió hacia una puerta de metal, sin pensar que tal vez no se pudiera abrir.
Estiró las manos y empujó fuerte. Salió y cruzó la calle en dirección al bosque.
Corrió lo más rápido que pudo evitando mirar atrás.
Ya habían pasado unos minutos cuando se detuvo para tomar aire. Estaba cansada de correr por las calles y aún no entraba al bosque.De pronto una mano le tocó el hombro y Ágata se sobresalto, lista para atacar giro sobre si y vio a Ayel.
—Á...gata... —asesaba Ayel.
La había seguido pero, ¿cómo?
Un quinto hombre salió detrás de ellas y les apunto antes de disparar.
Ayel tiro a Ágata al suelo y giro sobre si para cubrir a Alex.
Ágata sacudió la cabeza para salir del aturdimiento y miro a Ayel preocupada.Ayel no sintió nada. El hombre estaba muerto a sus pies y Urías sostenía su espada.
Él las miro —Vengan.
Ayel tomó a Ágata de la mano y siguieron a Urías.
El pueblo era grande pero no lo suficiente, pronto los encontrarían. Urías sólo había matado a un hombre de los cinco que los habían perseguido.
La rabia lo consumió al verlo decidido a dispararles a Ayel y Ágata.
Ahora estaban en una casa abandonada.
Ayel miro el brazo de Urías que estaba sangrando.—¿Te duele mucho?
Urías negó —Estoy acostumbrado. —la miró —Sanará dentro de poco. Sólo fue un roce.
Ayel asintió, conocía muy bien a su esposo. Una bala no lo detendría. Mirando a Ágata camino a ella.
Ágata ya no escuchaba la voz en su cabeza. Por lo menos ahora. Vio como Ayel caminaba a ella y se encogió de miedo. Ayel se agacho para mirarla mejor.
—¡Ágata no vuelvas a hacer eso! —le reprendió.
Ágata asintió y Ayel le abrazo.
La estaba abrazando. Nadie después de sus padres había hecho eso. Sintió un calor por todo el cuerpo.—Me tenias asustada Ágata, tenia miedo de perderte y que te capturarán.
Ágata se separo de ella. —Puedo cuidarme sola
—Querida. —hablo Urías —Todos en algún momento necesitamos de la ayuda de alguien.
Ayel asintió —Grande o pequeño necesitarás ayuda en algún momento. —acariciándole la mejilla le sonrió.
Ágata estaba sin habla. ¿Porqué eran amables con ella? No la conocían.
Urías toco el hombro de Ayel —¿Cómo está Alex?
Ayel lo miro mientras reflejaba confusión. Había llorado mientras corrían pero sabia que estaría bien. —Estará bien. ¿Verdad mi príncipe?
Alex la miro neutral. Ayel le beso tiernamente la mejilla.
—No podemos quedarnos mucho tiempo. —suspiró Urías —Debemos averiguar como entrar al bosque.
Ayel se levanto y miro a Ágata. —
¿Puedes abrazar a Alex?Ágata estaba completamente asombrada. ¿Abrazarlo?
—No sé sí pueda.
—Claro que puedes. —Ayel le entregó a Alex —Pon tu mano aquí... —le explicó —la otra aquí... —Ayel sonrió —¿Pesa?
Ágata negó. Claro que pesaba, pero tenerlo en brazos era extraño y nuevo. Le gustaba.
—Si te cansas no dudes en decirme.
Ágata asintió.
Ayel se acerco a Urías y miro su brazo. Efectivamente se curaba pero lentamente.
Los Were Hunter no eran inmortales. Vivían miles de años pero al final morían. Un movimiento en falso y ambos no estarían para proteger a Alex y Ágata.—¿Qué hacemos? —preguntó Ayel en inglés.
Urías negó —En este punto no sé. ¿Deberíamos contactar a alguien?
—¿Ash?
—Amor, Ash es un guerrero antiguo no un dios. Tiene asuntos que atender
—Pero puede teletransportarse, podría llevarnos a la casa de Ágata y de ahí a Nueva Orleans.
—Puede ser. Pero recuerda que esta en Transilvania y no tengo su número.
Ayel bufo. Podían convocar armas y ropas pero no teléfonos.
—¿Qué hay de Savitar? —Ayel lo recordó
—¿Savitar?
—Si, ¿no podría ayudarnos?
—Savitar no le importa nada que no sea surfear.
—Pero nos cuida.
—No, cuida que no nos matemos unos a otros a gran escala. Eso es todo.
—Si hace eso significa que es un dios.
Urías negó —Joder, ni siquiera se que es Savitar. Un dios, demonio, no sé... Pero él no puede ayudarnos. Hay que ir al concilio para eso. Y no podemos
teletransportarnos.Ágata no entendía nada de lo que ambos hablaban. Mirando a Alex él le sonrió como si la conociera de siempre.
"Ágata... Mi niña... Los hombres irán tras de ustedes. —susurró la mujer —Tengo que decirte que ambos morirán. Sólo quedarás tú y el bebé"
Un escalofrío recorrió a Ágata.
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Unidos... |Trilogía Were Hunter #3
Fantasy⚠️ Continuación de: Del Odio al amor |Trilogía Were Hunter #2 ⚠️ 🚨 Advertencia 🚨 Si no has leído los dos libros anteriores, te invito a hacerlo para que puedas seguir el hilo de la historia. Sin más que decir te dejo con la sinops...