Cap 4

17 4 0
                                    

Ayel parpadeo varias veces tratando de ubicarse pero le fue imposible. No sabía donde estaba.
Cerrando los ojos intento teletransportarse de nuevo a casa pero no pudo. Haciendo una mueca su corazón se paro al recordar que no estaba sola en el pantano.

—¡Urías! —gritó pero lo único que se escucho fue el sonido de grillos. —¡Urías!

Ayel no quería moverse pero si no lo hacia no lo encontraría.
Caminando por el lugar Ayel supo que era un bosque. ¿Pero donde? No conocía otro bosque salvo el de las afueras de Nueva Orleans. Aún así no podía distinguir olores, todo era nuevo.

—¡Urías! —gritó pero de nuevo no hubo respuesta. —Alex... —susurró

—¿Urías me escuchas?

Ayel intento comunicarse por telepatía pero fue imposible.
Ya habiendo caminado por varios minutos sintió que no podía más.
Estaba por darse por vencida cuando escucho entre unos arboles tirados lleno de hojas un gruñido.

Ayel se acerco con precaución y lo que vio la dejo perpleja.
Una cría de jaguar tenia metida su pata derecha en una trampa de metal que le estaba, sin duda, causando mucho daño.

Se acerco pero el jaguar le gruño. —Tranquilo... No pienso hacerte daño...—ella podía sentir su enojo y dolor a causa de la herida.

El jaguar se alejó pero sólo ocasionó que la cadena se estirará y la trampa se encarnará más. El jaguar gruño.

Ayel se acerco de nuevo colocando las palmas hacia abajo mostrándole una señal de calma. —No pienso hacerte daño. Voy a liberarte de la trampa y podrás irte.

El jaguar dejó de gruñir un poco. Ayel se agacho y arrastro por la tierra donde con cuidado se acerco a él.
Cuando estuvo cerca de la trampa la analizó.
Eran unos dientes que le habían atrapado así que sí lograba meter las manos y separar la trampa el jaguar podría alejarse.
Ayel miro al jaguar que estaba listo para atacar si Ayel lo tocaba.
Respirando tomo ambos lados de la trampa.

—¿Listo? —con toda la fuerza que tenía separo las garras de la trampa dejando espacio para que el jaguar sacará la pata. —¡Ahora! —el pequeño jaguar sacó la pata justo cuando Ayel quitaba las manos de la trampa esta se cerraba fuertemente. —Listo... —suspiró y miro al jaguar.

El pequeño jaguar lamiaba su pata intentando aliviar el dolor.

—Debemos curarte.

Unos sonidos detrás de ellos hicieron que el jaguar se pusiera en alerta y sin más salió corriendo hacia el espeso bosque.

—¡Espera! —Ayel miro detrás de ella y se levanto para encarar al intruso. —¡Alto ahí! —gritó apuntándole con el dedo índice.

—¡Vale! No me muevo. —con las manos en alto Urías se rindió.

—¡Urías! —Ayel corrió a él.

Ambos se fundieron en un abrazo desesperado.

—¿Estas bien? —Urías le tomo del rostro y la miro por todos lados —¿Estás completa?

Ayel asintió casi al borde del llanto. —Si...

—Encontramos a mamá Alex. —Urías hablo hacia su espalda pues el canguro estaba al revés.

—¿Qué hace en tu espalda? —preguntó Ayel mientras tomaba en brazos a su príncipe.

—No se, creí que si tenia que pelear con alguien estaría mejor en mi espalda. —Urías se encogió de hombros —Patético razonamiento de padre primerizo.

Unidos... |Trilogía Were Hunter #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora