8º Cap - Arzu le confiesa ser virgen a Fuat

209 22 5
                                    

Nadire guarda silencio sobre lo ocurrido entre ella y Serkan, a Arzu.

Esa noche tenía la intención de crear dolor de cabeza y no salir de la habitación.

Serkan espera ansioso, cuando Arzu se acerca a los chicos solos que esperan la cena.

Serkan espera ansioso, cuando Arzu se acerca a los chicos solos que esperan la cena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– Oye, ¿dónde está Nadire?

– Se disculpa, pero no vendrá. Le duele un poco la cabeza.

Serkan mira a Fuat y comprende que ella no quiere su compañía esta noche.

– Un minuto Arzu.

Fuat tira a Serkan y conversan en un rincón.

– Este es su pequeño juego. Ella es más inteligente de lo que pensábamos.

– Y si no, ¿y si realmente te he ofendido?

Fuat mira a Serkan a los ojos.

– No te reconozco, prima. Pronto terminarán los siete días y no habrás tenido relaciones sexuales con ella.

- Calma. Creo que fui a la olla con demasiada sed.

– En serio, Serkan. ¿Estás bromeando? ¿Has perdido el deseo por tu esposa?

- ¡Por supuesto que no! Me siento cachonda cuando estoy con Nadire. Se me pone dura sólo de pensar en ella.

Pero conozco mis límites y hoy ella me dio luz roja. Soy hombre y sé identificar cuando una mujer está lista para ir a la cama. Nadire no está.

– Podría ser algún tipo de trauma. Creo que será mejor que pases a otra cosa. Mira a esa chica de ahí. No te ha quitado el ojo de encima desde que llegamos. Voy a salir con Arzu ahora y veré si consigues a esa chica pronto.

Serkan la mira y ve que la chica se está portando mal y que sería fácil llevarla a la cama. Pero no podía mentirse a sí mismo, lo que quería era la compañía de Nadire.

Fuat se va con Arzu y Serkan llama al camarero.

Suena el timbre de la habitación de Nadire y ella lo abre pensando que es Arzu.

– Apuesto a que Arzu olvidó algo.

Al abrirla se encontró cara a cara con Serkan, sintiendo el corazón dar un vuelco dentro de su pecho.

– Sé el motivo de tu dolor de cabeza y vine a disculparme. ¿Me disculpas?

– Está bien, Serkan.

– Lo traje para beber contigo.

- ¿Y vino?

– Incluso. Me dijiste que era la única bebida que te gustaba.

- ¡No! Me gustan otros, sólo que no estoy acostumbrado a beberlos todo el tiempo. Mi padre es muy tradicional. Pero entra Serkan.

- ¿No hay problema?

El acuerdo (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora