Allí mismo, en el salón, Serkan la acuesta sobre los cojines y la besa apasionadamente.
- ¿Vamos a la habitación?
- No podemos.
- Sí, podemos.
- Ay Nadire.
- Será mejor que detengamos a Serkan.
- Sólo un poquito más, querida.
En un vaivén sobre la ropa, se escuchan susurros de ambos lados.
La mano de Serkan baja hasta las bragas de Nadire, que siente sus dedos masajeando su zona más sensible.
La boca de Serkan busca los pechos de Nadire haciéndola gemir de placer.
- No podemos.
Nadire se levanta bruscamente y se ajusta la ropa.
- ¿Porque no? Nos casaremos en treinta días.
- Tú y yo tendremos que esperarlos.
- Espera, espera... Dime ¿por qué?
- Espera señor.
Nadire dice, ajustándose la ropa.
- Ya no puedo soportar el deseo por ti, Nadire.
Él se enreda en su cabello y ella cierra los ojos con la piel de gallina.
- Tendremos que esperar a Serkan.
Nadire dice suavemente al oído de Serkan, quien continúa frotando su barba en su cuello.
- ¿Por qué esperar al amor? ¿Eh?
- Nos casaremos pronto. Ahora déjame ir.
Serkan la aleja para que pueda levantarse.
- Es por él, ¿no? No puedes olvidarlo.
Nadire para mirarlo.
- ¿Qué tontería es esta?
- Ya no necesitas fingir.
- ¿Fingir qué, Serkan? ¿Volverse loco?
- Tienes razón, me he vuelto loco y no tengo control sobre mí. A partir de hoy no intentaré nada más contigo. Puedes estar tranquila.
- Serkan no es nada de eso.
- Iyi geceler (Buenas noches)
- Serkan espera.
Serkan no escucha, se levanta y sale de la habitación.
A Nadire se le llenan los ojos de lágrimas y también se va a su habitación.
A primera hora de la mañana, Serkan se da vuelta en la cama y apenas puede dormir.
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El acuerdo (Español)
Любовные романыDos primos huérfanos, solteros, guapos y sinvergüenzas, dirigen una famosa agencia inmobiliaria en Turquía, con la ayuda de dos ambiciosos tutores. Queriendo deshacerse de los viejos guardianes, montan "El Acuerdo" y se casan con dos jóvenes de las...