Capítulo 11

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Y ella es Vera

— ¿Ya te vas?—preguntó Flor, una de sus compañeras de trabajo, Vera asintió quitándose el delantal.

—Debo ir a ver a un amigo—mencionó ella. Flor asintió.

—No sabía que tenías amigos.

—La gente normal tiene amigos—comentó Vera, Flor se encogió de hombros.

—Tú no eres muy normal—confesó, Vera la miró fingiendo indignación para luego hacerse un chiste sobre su poca vida social—. Anda ve, que luego se te hace tarde—rió su amiga.

Vera tomó su bolso y se dirigió a la parada para llegar a la dirección que Blazz le había indicado. Quedaba a varias cuadras de la cafetería y por lo que pudo buscar por el mapa de Google, era un barrio de personas adineradas. Se sintió un poco cohibida por ello, aunque nunca consideró o nunca relacionó al chico de esa forma.

En los diez minutos vía a la casa de Blazz, se la pasó escuchando un poco de música y revisó un poco el perfil del chico en internet. Blazz era un chico guapo, pero lo consideraba muy joven como para tomarlo como alguien más serio; quizás se equivocaba de esa impresión.

Al bajarse, le escribió al chico.

Ella visualizó la entrada al conjunto de casas

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Ella visualizó la entrada al conjunto de casas. Permaneció de pié por unos segundos hasta que Blazz llegó, notó que había corrido un poco.

—Hey—la saludó, ella le sonrió.

—¿Qué tal?—preguntó, ambos comenzaron a caminar. Vera seguía los pasos del chico para dirigirse a su casa.

Blazz se dirigió a la puerta de una de las casas, la abrió y la dejó pasar. Al entrar Vera quedó impresionada con la gran biblioteca que se encontraba en la sala principal.

—Son de mi padre—comentó Blazz notando el brillo en los ojos de la chica.

—Es el sueño de todo lector y escritor—confesó ella.

—También el de un editor—mencionó con tímidamente—.Iremos al estudio.

La tomó del brazo y caminó a través de la sala hasta una de las puertas. Una mujer apareció antes de que él pudiese abrir la puerta.

—Oh, Tania, que me asustaste—mencionó Blazz con una mano en su pecho, Vera rió por su comentario.

La mujer miró a Vera.

—Tania Salomón, un gusto—se presentó, Vera tomó su mano.

—Vera, un gusto igual—Tania frunció ligeramente el ceño al reconocer el nombre de la chica.

Blazz pudo notar la situación, por lo que acomodó todo antes de que ella dijera algo más. Tener a Vera ahí seguramente era lo más loco que había hecho y tenía la esperanza de que Tania no se lo mencionara nunca a su padre.

—Iremos al estudio, le voy a mostrar unos escritos; adiós—tomó a la chica y la llevó dentro de la habitación sin dejar que se despidiese de Tania.

—Wow, este lugar parece la oficina de un escritor.

Lo era.

—Sí, mi papá siempre quiere dar esa impresión—rió, se acercó al escritorio y encendió la pc frente a él.

Luego tomó una de las sillas que estaba junto al juego de ajedrez y se le llevo al escritorio para que los dos pudiesen sentarse. Vera se sentó a su lado y le pasó el pendrive para que pudiese ingresarlo a la pc. Mientras, Blazz le entregó las páginas editadas que tenía de su manuscrito.

—De verdad, ¿cómo le hiciste para tener esto?

—Este lo volví a imprimir—rió el chico, Vera frunció el ceño—. Es de verdad.

—Te lo creo—mencionó—, pero...mmm, mejor no pregunto. Seguro dirás lo mismo.

Leyó la primera hoja y sorprendentemente estuvo de acuerdo con las correcciones de ella.

— ¿Sí crees que está mejor hacer este párrafo más corto? Al principio le había colocado unas tres líneas, pero lo veía tan corto.

—Calidad antes de cantidad—dijo—.Párrafos largos a veces sólo marean al decir lo mismo una y otra vez.

«Siempre creí que el primer amor llegaba a ti al inicio de tu adolescencia, cuando todos comenzaban a salir entre sí y el pequeño mundo en el que vivimos comienza a expandirse»

—Repites comienzan dos veces en una misma línea, cámbialo a un empieza—aclaró él, Vera asintió y en el documento abierto en la pc, acomodó el dato que él le había dado.

«Pero resulta divertido cuando el primer amor llega a ti cuando tienes veintitrés, una larga lista de ex-novios y pocas esperanzas en el romance».

—¿Por qué tu protagonista se comporta como alguien que nunca ha salido con alguien, cuando tiene una larga lista de ex-novios?—preguntó Blazz.

—Pues, es el primer amor. Uno nunca sabe qué hacer.

—Claro, si tienes quince años y jamás has besado, pero tienes a tu protagonista como una chica experimentada, no puedes hacer que actúe de esa forma.

— ¿Tú crees

—Tiene que ser coherente.

—Mmm, veamos—dijo—, la colocaré como si no ha tenido muchas relaciones, casi primeriza.

—Mejor cambiar esa línea que el libro entero.

Vera rió por su comentario intentando de sonar sarcástico.

«Pero resulta divertido cuando el primer amor llega a ti cuando tienes veintitrés, poca experiencia en el amor y unas bajas expectativas en el romance».

— ¿Qué tal?

—Mejor.

—Perfecto, sigamos—dijo—. En el resto dela hoja, son sólo correcciones de tiempo.

—Claro, presente y pasado no son lo mismo, y te equivocas a veces.

—Lo sé, es inconsciente escribir de esa manera.

—Pero tranqui, estoy aquí para revisar eso—le sonrió. Vera le devolvió la sonrisa.

Blazz tomó el manuscrito y le iba dando las nuevas correcciones mientras ella acomodaba en la pc todo lo que él le decía. Vera miró de reojo al chico, quién se encontraba concentrado un momento intentando adivinar lo que había anotado en la hoja, y una sonrisa boba apareció. Realmente Blazz era bastante guapo, pero nada que no fuese una relación escritor-editor podía pasar entre ellos.

La puerta abriéndose interrumpió el estado de concentración de ambos y dirigieron toda su atención a la persona que entró a la habitación. Blazz tragó saliva nervioso al ver a su papá, no esperaba que llegue tan temprano a casa.

Bastián Meyer observó con curiosidad a la chica al lado de su hijo y le sonrió dulce.

—Emm, él es mi papá—mencionó Blazz.

—Bastián Meyer, un gusto—se presentó él, Vera lo miró con sorpresa. Miró a Blazzque intentaba esquivar las miradas curiosas de ambos.

—Em, soy Vera, señor, Vera Zabat—dijo tímida. Bastián asintió reconociendo el nombre y Blazz solo supo que debía dar muchas explicaciones al respecto.

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Bueno, era necesario que esto sucediera.

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