Capítulo 2

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Cuando conozca a Vera

Blazz pasó toda la noche leyendo los primeros capítulos del manuscrito y haciendo anotaciones en él, distribuía el manuscrito en cuatro partes para ir poco a poco leyendo y al final, luego de revisar todo, indicaba en sus notas lo que podía mejora...

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Blazz pasó toda la noche leyendo los primeros capítulos del manuscrito y haciendo anotaciones en él, distribuía el manuscrito en cuatro partes para ir poco a poco leyendo y al final, luego de revisar todo, indicaba en sus notas lo que podía mejorar y qué necesitaba quitar o agregar para hacer la historia mucho más interesante. Las historias de Vera podían ser brillantes y aceptadas sólo si le acomodaba algunas cosas y mejorar los giros en las tramas que era algo que siempre forcejeaba haciéndole ver al lector algo sin mucho sentido.

Ese día tenía clases de matemática, él no le gustaba y no entendía la materia, a diferencia de Otis que era realmente bueno en ello, pero por distraerse con Blazz solía tener ciertos llamados de atención.

—Vera mandó nuevo manuscrito—susurró Blazz, Otis sonrió.

— ¿Cuándo lo editas? Quiero leerlo—respondió el chico mientras copiaba los ejercicios del pizarrón.

—Ya tengo las anotaciones de los primeros diez capítulos, creo que entre dos o tres días lo tengo para que lo leas—le dijo—, ¿ves estas ojeras? —señaló las pequeñas bolsas oscuras que tenía debajo de su rostro—. Dormí como una hora.

Otis negó en desaprobación por el comportamiento irresponsable de su amigo.

—Debes dormir más, Blazz—le dijo—. Luego te saldrán arrugas y te pondrás más feo de lo que ya eres—se burló, el chico lo miró para luego sacarle la lengua haciendo que Otis riera.

—Meyer y Milán, los quiero ver copiando los ejercicios ahora o tendrán que copiarlos a la salida en detención—amenazó el profesor, Otis se disculpó por ello.

—Disculpe Profesor—mencionó el rubio—, ya estamos copiando.

—Estarás copiando tú, yo odio esta materia—murmuró Blazz, Otis lo codeó.

—Podrás odiarla pero necesitas pasarla para graduarte.

—Quiero ser editor, no necesito conocer sobre los logaritmos—mencionó, Otis rió.

— ¿Y si te toca un libro sobre un protagonista genio de las matemáticas? —preguntó bajo.

—Es diferente.

—Es igual, tienes que saber.

—Pero le prestaré atención al escrito, no a la materia—se cansó y dejó el lápiz en su escritorio—. Ni siquiera sé hacer estos ejercicios.

—En vez de quedarte despierto editando el libro de Vera, podías quedarte despierto estudiando matemáticas.

—Deja de ser tan nerd, Otis—el chico lo golpeó con el borrador—. ¡Aish! Cuanta agresividad hay en el mundo.

El profesor les dio una mirada seria y ambos continuaron copiando la clase. Sin embargo, la mente de Blazz estaba en un mundo completamente ajeno a las matemáticas, a pesar de estar copiando, por su mente pasaban las diferentes formas de poder mejorar el libro de Vera.

Vera no era mala escribiendo, pero necesitaba un empujón para que pudiese ser mejor. Necesitaba alguien que le diese su opinión sincera y no a sus conocidos que no querían lastimar sus sentimientos; un escritor necesitaba sinceridad en su vida y Blazz era lo que ella necesitaba conocer.

Blazz no conocía nada de Vera, sólo su correo electrónico y su nombre artístico. Tania nunca le daba la información personal de los escritores, era una política de su padre y él no estaría en contra de ello. Mucho hacía en dejarle ver los manuscritos no aceptados para que pudiese practicar.

—Blazz—lo codeó su mejor amigo y éste salió de sus pensamientos para mirarlo—. Ya es hora de irnos a desayunar.

Blazz asintió y empezó a recoger sus cosas para luego ir con Otis hacia la cafetería de su Instituto ganándose más de una mirada coqueta de alguna chica. Blazz era un chico guapo, pero su atención estaba dirigida a una sola chica: Vera Zabat.

Y era tonto porque no conocía realmente a Vera, no sabía cómo se veía, qué edad tenía o si su nombre real era Vera. Mentiría si no dijese que la había buscado en internet o si más de una vez intentó convencer a Tania de dejarle la información personal de ella. Tampoco sabía si Vera era una chica, pero él estaba cautivado por ella. Porque a pesar de que sus palabras no eran las más lindas ni las más brillantes, tenían el potencial de ser mejores.

En sus fantasías, Blazz conocía a Vera en un encuentro casual durante alguna Feria de Libros. Siempre se imaginaba chocando al mejor estilo cliché y ayudándola a levantarse porque—obviamente—, había provocado que se cayera. Ella le sonreía en sus fantasías y se presentaba con su nombre logrando que él a reconociera.

Vera: Disculpa, ha sido mi error.

Blazz: No, discúlpame a mí, no había visto por donde iba.

Vera: Vale, no hay problema. Me llamo Vera Zabat.

Blazz: Soy Blazz Meyer. Vera, tú no me conoces pero soy el amor de tu vida.

Y siempre despertaba de su irracional fantasía.

—¡No me estás escuchando! —se quejó Otis sacudiendo el brazo del chico, Blazz pestañeó para verlo mejor dándose cuenta que una vez más se había perdido en sus pensamientos.

—Disculpa—murmuró avergonzado, Otis no sabía que estaba secretamente enamorado de la chica que siempre escribía manuscritos—. ¿Ya pediste el desayuno? Yo no tengo hambre.

Otis alzó una ceja con duda, no era normal escuchar esas palabras salir de la boca de Blazz.

—¿Te sientes mal?

—Sólo estoy cansado.

—Claro, ¿cómo no vas a estarlo? —suspiró el chico y lo llevó hasta una de las mesas de la cafetería—. Si estuviste toda la noche con Vera y no durmiendo.

Blazz rió y bajó la mirada.

—Cuando dices eso, pareciera que conociera a Vera.

—En parte lo haces, ¿no? —comentó—. Leer un libro escrito por alguien es leer una pequeña parte de lo que es.

—No todos los escritores se muestran en sus historias; escribir es un acto de desnudez—mencionó—. Mi papá dice que muchos se ocultan en los libros en vez de mostrarse. Escribir es algo puro, pero siempre hay una mentira que el escritor coloca para taparse para no mostrarse vulnerable a los demás.

— ¿Crees que Vera lo hace?

—Eso espero—mencionó—. Por lo que leo puedo decir que es una persona insegura de sus escritos.

— ¿De verdad? —Blazz se encogió de hombros.

—Sólo es lo que puedo percibir—mencionó—. Quizás sea una de las razones por la que no lo ha logrado todavía. Le falta creer en ella misma.

Suspiró y apoyó su cabeza en la palma de su mano, Otis le dio un mordisco a su empanada y el castaño se perdió una vez más en sus pensamientos. Los primeros capítulos de Vera aparecieron en su cabeza y la imagen que había creado de ella le pedía que se quedara un poco más.

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Hola hola! ¿Qué tal les pareció el capítulo? No pudo contenerme y lo subí a pesar de que dije que terminaría las que tengo primero xd

Preguntaaaas:

Escritores, ¿son de los que se muestran completamente  en sus escritos o son de los que se ocultan?

Lectores, ¿se han sentido atraídos hacia la forma de escribir de alguien?

¿Ustedes creen que soy de los que se muestra completa o de las que se oculta?

Pilares Del RechazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora