Ex Novio
Vera se encontraba en su habitación, tenía la versión en vivo de Canciones para Jane sonando por todo el lugar mientras escribía el capítulo de su historia. Jenell le había preparado un poco de té y se lo había llevado para que pudiese concentrase mucho mejor, cuando Vera estaba escribiendo, lo mejor era no molestarla mucho para que no perdiese la inspiración.
La escritora revisó sus notas y bebió un poco de té, para sentirse más segura del final y que nada quedase por fuera, tomó la idea de Blazz de escribir las ideas principales de cada capítulo para saber qué hacer y no quedar en blanco.
«Kairo traiciona a Solar»—leyó su idea y suspiró. A los lectores no les gustará esa idea y lo entendía perfectamente, ella tampoco estaría de acuerdo y se sentiría traicionada si llegase a leerlo, pero en ocasiones era necesario para que la historia pudiese fluir.
No era una traición realmente, pero la sensación estaría ahí. Kairo y Solar eran demasiado competitivos como para estar siempre en armonía.
Recibió una llamada en su celular y se levantó de su silla para buscar el teléfono y atender. Se extrañó al no tener el número guardado, normalmente nadie la llamaba, menos números que no tenía agregados.
De igual manera atendió.
—Aló—dijo llevándose el celular a la oreja.
—Vera, soy yo—escuchó una voz masculina, se quedó quieta por un segundo esperando que sus sospechas no fuesen ciertas—, soy Tom.
El corazón de la chica dio un salto al escuchar sus palabras.
—Hola Tom—le dijo, escuchó un suspiro salir de la otra línea.
— ¿Cómo has estado, Vera? Tengo tanto que contarte, ¿crees que podemos vernos?
— ¿Vernos? En este momento estoy un poco ocupada.
— ¿Estás escribiendo?—preguntó él, ella se sentó en la cama y miró hacia la pared que tenía al frente, ¿qué quería su ex-novio en ese momento?
—Lo estoy.
—Entiendo, ¿te parece si nos encontramos luego de que termines de escribir? Estaré en La Clave de Sol hasta las ocho—mencionó.
Ella miró la hora en su celular, faltaban cuatro horas para eso.
—Está bien—le dijo—, quizás te vea ahí. Debo irme—se despidió y dejó el celular en su cama para ir nuevamente a su escritorio.
Intentó retomar su escritura pero en la mente tenía la duda sobre lo que deseaba hablar Tom. Ella y Tom habían terminado año y medio antes y desde ese momento no había vuelto a hablarle, no habían terminado mal pero al mismo tiempo ella quiso alejarse eliminando cualquier forma de contacto con él, por lo que no entendía como él, sabiendo todo, se había acercado nuevamente.
Le subió volumen a su reproductor de música para así no escuchar tanto sus pensamientos y fijó su mirada en sus apuntes. Tenía que escribir ese capítulo antes de encontrarse con él.
...
Conoció a Tom en su primer año de la universidad, estaba saliendo de clases cuando lo vio a lo lejos en el pasillo, estaba junto a sus amigos por lo que no le había prestado mucha atención, sin embargo su enfoque cambió cuando notó el libro que el chico llevaba en sus manos: era su libro favorito.
Él notó a la chica en medio del pasillo mirando con curiosidad su copia de Venganza de Ángeles de Sidney Sheldon; no era un libro conocido por lo que era para ambos una señal que les gustase el mismo libro. Gracias a eso comenzaron a hablarse y fue debido al libro que se dieron cuenta de lo mucho que se parecían: ambos deseaban ser escritores y tenían el mismo amor por las historias.
«—Deberíamos escribir una historia juntos»—dijo él, aunque se refería realmente a juntarse para ambos contar una historia, crearon entre ambos una propia.
Vera llegó a La Clave de Sol a las seis de la tarde, miró a su alrededor y se encontró con el chico que buscaba en una de las mesas del medio, cerca de él tenía dos mesas vacías sin embargo pudo notar al grupo de chicas que lo observaba sentadas en una de las mesas. Pudo reconocer esa mirada porque era la misma mirada que ella había tenido la primera vez que lo vio.
Era la mirada soñadora que se aferra a la idea de un chico que no era la correcta.
—¡Vera!—escuchó decir al chico, éste la miraba con una sonrisa en el rostro. Era esa sonrisa la que siempre lograba que ella aceptase lo que él quería.
Caminó hacia él y se sentó al frente.
—¿Estás escribiendo?—fue lo primero que le dijo, él confirmó su pregunta con un leve asentimiento de cabeza.
—Es la segunda parte de la historia—respondió—. Quería verte por lo mismo, he firmado un contrato con Queens—mencionó—, eres la primera en saberlo.
La chica se sorprendió, ella y Tom solían imaginarse un futuro en donde ambos eran escritores y pasaban sus tardes en eventos literarios o en alguna charla o presentación de una nueva historia. Se levantó de su asiento y rodeó la mesa para darle un abrazo.
—Vaya Tom, felicidades—le dijo—, de verdad, estoy muy feliz por ti.
—Gracias Vera, sé que ambos soñamos esto—le dijo—, tú también tendrás tu contrato pronto. Queens abrió su temporada de selección de historias, puedes enviar la tuya.
Queens era una Editorial reconocida, sin embargo su sueño era publicar con su Editorial favorita, Juana Blanca. De igual manera, no era algo que podía rechazar tan fácil, al menos podía pensar en enviar o no la nueva historia.
—Lo pensaré—le dijo y regresó a su asiento—. ¿De qué trata tu historia?
—Ya la has leído antes: Noches de Verano—respondió. Una sensación incómoda apareció en ella.
Noches de Verano había iniciado como una historia en conjunto. Fue una tarde, en medio de su quinta cita, cuando a Vera se le ocurrió la idea de la historia. Noches de Verano era una historia de amor pasajera de un chico que estaba de vacaciones en la playa cuando se encontró con el cuerpo de una mujer varado en la arena; era una historia policiaca, que relataba los sucesos del verano más horrible que había vivido el protagonista y que seguía atormentándolo en su presente. Sin embargo la historia sólo tuvo escrito cinco capítulos en donde ambos se turnaban escribiendo desde el punto de vista del protagonista y del policía que realizaba la investigación.
—Pensé que era una idea brillante que necesitaba ser terminada, acomodé los primeros capítulos y continué hasta darle un fin.
—Publicas nuestra historia a tu nombre.
—Vera, yo escribí todo, tú solo me diste la idea y la pulí—respondió—, si no fuera por mí, la historia jamás habría visto la luz.
—Tres capítulos fueron escritos por mí.
—Acomodé esos capítulos, el libro es completamente de mi autoría—respondió—. Vine a contarte todo porque creí que merecías saberlo.
Ella bajó la guardia, quizás tenía razón, sin embargo la sensación amarga de haber tomado algo que le pertenecía no se le quitaría tan fácil.
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Pilares Del Rechazo
Short StoryBlazz es un estudiante de secundaria quién recibe todas las semanas los manuscritos que casi fueron aprobados en la editorial de su padre. Su hobby es tomar aquellos libros y editarlos para lograr una mejor versión de ellos y se los entrega a Otis...