Capítulo 13

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Libros que inspiran libros

En el mundo existen muchas formas de inspirar a una persona; una canción, una historia, una pintura o incluso una persona. Cuando una persona inspira a otra, siempre se muestra como algo bueno, como algo que debe de ser hermoso, pero ¿esa persona puede inspirarse a sí misma?

Los escritores podían escribir historias que inspiran a otros, podían hacer que con un libro tu forma de ver las cosas cambiasen, podían lograr que una persona creyese y confiase en ellos, pero ¿podían los escritores creer y confiar en ellos mismos?

Los escritores son libros.

Un libro que inspira a otros, no suele inspirarse siempre.

Vera se sentía de esa manera, no importase si tuviese a Blazz diciéndole lo mucho que le gustaba su escritura o sobre lo buenas que eran sus historias, siempre había algo de duda en ella.

«¿Por qué te gustan mis historias?»

Se preguntaba siempre que él hacía un comentario bueno sobre ellas, Vera no podía entender lo atrapante que era para Blazz lo que ella escribía.

«¿Por qué te gusta lo que escribo cuando hay miles de personas haciendo lo mismo?»

Quizás era algo común en los escritores, todas sus dudas eran plasmadas en una hoja en planco, todos sus sueños, sus miedos, sus debilidades y sus fortalezas podían ser mostrados en un par de páginas, en personajes que no existían, en historias que eran ficticias.

Y era eso lo que más les causaba inseguridad.

«¿Cómo alguien pudiese gustarle algo que yo hice?»

¿Por qué?

¿Cómo podía ser real?

Todo se reducía a una sola cosa: los libros que más nos gustan, son los libros que más necesitamos.

—De todas tus historias, ¿cuál es tu favorita?—le preguntó Blazz, ambos se encontraban en Sunny Ice comiendo un poco de helado.

—Mmm—pensó un poco—, es difícil escoger, es como si le preguntaras a una madre cuál es su hijo favorito.

—Vale, mejor así, ¿cuál es la historia que más has disfrutado escribir?

—Creo que diré Personajes—mencionó.

—Es una buena historia, pero si te soy sincero, es un pésimo nombre—ella rió.

—¿Qué nombre le habrías puesto tú, Señor Editor?

Blazz se quedó en silencio, realmente no se había puesto a pensar sobre ello. Le gustaba mucho ser editor, pero pensaba que el nombre de un libro era algo íntimo, algo que sólo el escritor podía colocar porque reflejaba toda la esencia de la historia y eso era algo que la persona que lo escribió sólo podía ver.

Una y otra vez—mencionó—. Personajes que están cansados de interpretarse una y otra vez y no pueden cambiar su destino—explicó la trama en pocas palabras—, creo que puede llamar la atención de un lector.

—Mi historia favorita es En Diciembre—confesó—, desde que la leí, me imagino que algo así me suceda. Cada diciembre salgo a buscar a mi destino en un bar.

—¿Pero tú no eres menor de edad?

—Tengo dieciocho—respondió.

—Todavía no puedes entrar a un bar—rió ella.

—Bueno, quizás por eso no me ha pasado todavía.

Vera echó su cuerpo hacia atrás para reírse, Blazz la miró con una sonrisa en el rostro, una extraña pero conocida sensación apareció en su pecho, quitó la mirada de ella y tomó un bocado de helado. Era muy pronto como para sentirse de esa forma, tenía que pensar en otra cosa antes de que esa sensación invadiese su mente por completo.

—¿Qué es lo que más te gusta de la historia?­—preguntó Vera, Blazz se sintió perdido un momento en la conversación.

—Ah—recordó en donde estaban antes de que se perdiese en ella—, es una historia atrapante, es sencilla pero bonita y tiene personajes con los que logras empatizar lo suficiente como para poder sentirse igual de ansiosos que ellos—rió—. Además, a nivel visual, está muy bien desarrollada.

—¿Por qué crees que no la aceptaron?

—No conozco las razones del equipo para hacerlo, pero quizás haya sido que la persona correcta no lo vio.

—¿La persona correcta?

—En Juana Blanca hay muchos editores, no todos leerán tu historia, sino que una se encargará de ello y decidirá. Si le gusta pasas, sino entonces te quedas atrás—explicó—, tendrás el momento en donde la persona correcta leerá tu historia y sabrá que es lo que necesitan en la Editorial, pero será a su momento.

—A veces...a veces siento que realmente no soy buena—confesó.

—Vera—dijo serio y ella lo miró—. Eres mi escritora favorita—le dijo—, todas tus historias me han atrapado lo suficiente como para pasar horas leyendo y no detenerme, sólo hasta que se me cansa la vista—rió—, nunca dudes de lo buena que eres.

Ella asintió, aunque realmente no creía en sus palabras del todo. Su inseguridad por lo que el resto podía pensar era mucho mayor.

—Cuando dudes de ti, siempre estaré ahí para recordarte que todas tus historias son necesarias y que pronto podrán ser leídas por el mundo entero.

—Blazz—dijo bajo, el chico tomó sus manos y buscó su mirada.

—Estaré a tu lado cuando no creas en ti, para recordarte lo buena que eres.


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A veces Blazz es un dulce

Pilares Del RechazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora