Pequeño Favor
—Vera, te estoy hablando como un padre preocupado por su único hijo—comentó sentado detrás de su escritorio, tenía la mirada posicionada en ella, sin embargo Vera no sintió en ningún momento que la estuviese intimidando—. Hemos sido Blazz y yo desde que tiene doce años, su mamá y yo nos separamos y ella decidió dejarlo conmigo; desde ahí siempre ha estado a mi lado, siempre me cuenta todo y cualquier cosa que él necesite, yo estoy para él.
—Eso es admirable Señor Meyer—comentó ella con sinceridad, le parecía una bonita relación entre padre e hijo.
Bastián continuó hablando para que ella pudiese entender lo que le estaba pidiendo.
—La cosa es que, a pesar de que Blazz siempre me ha tenido a mí, ha ignorado por completo a su madre. Y lo entiendo, al principio ella se desentendió de todas sus obligaciones como madre, pero regresó hace tres años para tener nuevamente esa relación con él.
—Y Blazz ha rechazado todo contacto que ella ha intentado.
—Sí, no quiero obligarlo a que la perdone, pero no quiero que en un par de años se arrepienta como lo hizo su madre—mencionó—, quiero lo mejor para mi hijo y vivir con odio y rencor hacia una madre, no es lo más sano.
Vera comprendió lo que él le estaba pidiendo. No era obligarlo sino que por cuenta propia intentara, al menos, hablar con su mamá. La chica tenía una relación buena con sus padres, quizás no la mejor pero sí tenía la confianza de poder contarle alguna de las cosas que le pasaba; por lo que no podía comprender mucho la posición de Blazz con su madre.
A pesar de eso, quería intentar entenderlo.
—Entiendo Señor Meyer—le dijo ella—, hablaré con Blazz.
—Creo que te escuchará más a ti que a mí—comentó sabiendo que era cierto, a pesar de que Blazz siempre escuchaba a su padre en todo, cuando se trataba de su madre era como si ignorara por completo sus palabras.
Como si nunca se hubiesen dicho.
La chica le dio una sonrisa cerrada y se levantó del asiento para marcharse. Quería entender primer a Blazz antes de que hablase con él. En todos esos meses juntos, había conocido un lado del chico que realmente era fascinante y se había vuelto tan cercana como para preocuparse por todo lo que le sucediese.
Le envió un mensaje al chico para verse en Atlantis, la librería que él había mencionado varias veces, ya que quedaba cerca y si querían hablar sobre libros, era mejor estar rodeados de ellos.
Cuando llegó saludó a la chica que se encontraba en recepción y caminó hacia la pequeña sala de estar. Sabía que una de las cosas que más le gustaba Blazz era poder sentarse y revisar los libros, había un puesto de café por lo que a las personas les gustaba asistir a ese lugar para leer el libro que habían comprado mientras tomaban un poco de café.
Vera compró un americano frío y sacó su libreta de apuntes, siempre la llevaba consigo por si alguna idea se le ocurría mientras estaba fuera.
Blazz apareció frente a ella con una camisa de cuadros y unos lentes para la vista, normalmente no lo veía de esa forma pero le hacía ver bastante lindo, como un chico intelectual, el tipo de chico que le gustaba. Él se acercó a ella para darle un beso en la mejilla y luego se sentó a su lado y sacar de su mochila los apuntes de los siguientes capítulos de Vera.
—Estuve revisando todos los capítulos que llevas hecho, acomodé algunas cosas, redacté otras nuevas, muy pequeñas, más que todo cambio de palabras repetitivas—le dijo—, esto fue todo lo que modifiqué, no es mucho porque iba revisando poco a poco los capítulos. Así tienes menos trabajo, ya no te queda nada para el final.
—Gracias—tomó la libreta y vio su letra y muchas líneas resaltadas—. Te gustan los resaltadores, ¿verdad?
—Compré una caja nueva y quería usarla—respondió con vergüenza por ser atrapado por la chica que le gustaba—. Iré a comprar algo de tomar, ¿quieres algo?
—Estoy tomando ya, gracias—le sonrió, el chico se levantó del asiento y caminó hacia el mesón de café.
Vera buscó en su cabeza los mejores escenarios para introducir el tema de su madre, pero no veía que alguno fuese lo suficientemente acertado. Blazz lo tomaría de la misma manera, sin importar en el lugar que estuviese, así que no debía darle tantas vueltas al asunto.
Pero ella pensaba mucho las cosas, y darle miles de vueltas a una idea, era su especialidad.
...
—¿Has vuelto hablar con tu mamá?—preguntó ella mientras caminaba al lado de Blazz hacia la parada del autobús, el chico no supo qué responderle, había quedado impresionado por la pregunta tan rara que venía de ella.
—¿Por qué lo preguntas?
Ella miró al suelo.
—Estaba pensando que quizás ella te extrañe un poco.
Blazz bufó, si su mamá lo hubiese extrañado, no se hubiese tardado dos años para volver a hacer contacto con él. No se hubiese limitado a escribirle en su cumpleaños y desaparecer por el resto del año; si su madre realmente lo extrañaba, habría respondido todos sus mensajes.
—No lo hace, sólo extraña que yo la extrañe—respondió, tomó la mano de la chica y la llevó hasta la parada—. No quiero hablar sobre esto, Vera.
—Es importante hablar sobre esto.
—¿Mi mamá te lo ha pedido?
«No, ha sido tu papá»—pensó ella.
—Dime si lo ha hecho, siempre lo hace—respondió fastidiado—, primero fue con mi papá y luego con Otis, incluso le escribió a Miranda, que solo hablamos en clases—continuó hablando—, busca cualquier forma, pero no puedo, es difícil.
—¿No crees que deberías darle una oportunidad para que pudiese explicarse?
—¿Qué tendría que explicar?—preguntó él.
—Todo lo que te quiera decir—le dijo y Blazz sólo la miró.
Darle una oportunidad a su madre sonaba más fácil de lo que realmente era. No quería verla, pero odiaba que siempre se acercara a sus amigos para intentar estar cerca de él.
—No fue tu mamá que me pidió, fue algo que yo consideré sabiendo lo mucho que te afecta.
—Si sabes que me afecta, ¿entonces por qué quieres que lo haga?
—Porque esto te ayudará, Blazz—le dijo, el autobús llegó y se detuvo frente a ellos, ya ella tenía que irse para poder llegar a su casa y terminar de escribir los capítulos que faltan—. Quiero lo mejor para ti, no puedes vivir con ese odio.
Ella se acercó a él y le dio un suave beso en sus labios. Le sonrió dulcemente y luego se subió al autobús.
Blazz la observó y suspiró frustrado, nadie podía entender cómo se sentía, pero todos querían hacerle creer que sí.
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Hola hola, como estan?? 👀
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Pilares Del Rechazo
Short StoryBlazz es un estudiante de secundaria quién recibe todas las semanas los manuscritos que casi fueron aprobados en la editorial de su padre. Su hobby es tomar aquellos libros y editarlos para lograr una mejor versión de ellos y se los entrega a Otis...