Momentos
Cada fin de Septiembre, Blazz y Bastián iban a acampar, viajaban hasta Asderma para poder llegar al bosque de la ciudad en donde había carpas y lugares específicos para quedarse sin ningún riesgo. Era una tradición desde que Blazz tenía seis, nunca había ido con su mamá sino que era un momento padre e hijo para ambos.
Cuando su madre se marchó, ambos usaron ese rato de septiembre como método de superación.
—Apuesto que esta vez sí veremos a los venados—dijo Blazz mientras su padre terminaba de bajar el equipaje del auto, se iban siempre por carretera porque era más entretenido el viaje.
—Es zona cercada, Blazz, no hay venados en este lugar—respondió, tomó la lonchera con la comida y se lo entregó a su hijo—. No te quiero ver picoteando la comida, recuerda que sólo estaremos el fin de semana.
Blazz rió, a veces en la noche, solía tomar un poco de comida para calmar el miedo. A pesar de que le gustaba acampar, se sentía inseguro a la hora de dormir, en su mente un oso llegaría y lo sacaría de la carpa por los pies, aunque ahí no había osos como para preocuparse.
—Iré a saludar a Betty—comentó, Betty era la dueña del lugar.
Mientras caminaba a saludar a la mujer mayor, Blazz pensó en Vera y en lo mucho que esperaba que terminase de escribir la historia. Él estaría dos días ausentes, así que quizás tendría todo listo al llegar.
Llegó a la cabaña principal y se encontró con la mujer de setenta años detrás del mostrador. Ella volteó a verlo y se acercó a saludarlo.
—Mi Blazz, cada día llegas más grande—le dijo—. Y estás muy guapo.
El chico bajó la cabeza avergonzado, Betty era como una abuela, siempre se mostraba alegre con sus clientes y a los que frecuentaban el lugar como ellos, los hacía sentir parte de su familiar.
—¿Estarán todo el fin?
—Sí, sólo serán estos dos días, papá tiene muchas cosas que hacer en el trabajo.
—Me lo imagino, debe de estar muy ocupado—respondió ella—. Estoy feliz de que estén aquí.
Blazz también lo estaba, le gustaba estar al aire libre y escuchar el sonido de los pájaros cantando en la mañana, aunque de a momentos lo odiaba, sólo cuando lo despertaban muy temprano.
Bastián llegó a la recepción y saludó a Betty con un abrazo. Ella les entregó a ambos su número de carpa y fueron hasta ella para dejar sus cosas. Bastián acomodó todo dentro de la carpa y le entregó a su hijo un poco de repelente de insectos para que no lo picasen.
— ¿Quieres hacer hoy kayak?—le preguntó su padre, Blazz asintió y salió corriendo hasta el lago, en donde se encontraba el instructor.
Solicitó su equipo y el de su padre y lo esperó para poder iniciar.
...
Vera se encontraba junto a Jenell en el supermercado, estaba en la sección de vegetales y frutas. Jenell le estaba explicando sobre el postre que quería hacer esa tarde mientras que en su mente rondaba lo ocurrido el día anterior con Tom, quería sentirse feliz por él, pero había algo que no lograba cubrir por completo.
—Ayúdame a escoger el brócoli, soy muy mala en eso—le dijo Jenell tocándola del brazo, Vera sin mucho que pensar, caminó hasta el brócoli para revisar cuál era el que estaba en mejor estado.
—Ten—le entregó el brócoli—, recuerda siempre revisar el tallo, nunca puede verse oscuro—le explicó, Jenell asintió tomando notas mentales sobre eso.
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Pilares Del Rechazo
Short StoryBlazz es un estudiante de secundaria quién recibe todas las semanas los manuscritos que casi fueron aprobados en la editorial de su padre. Su hobby es tomar aquellos libros y editarlos para lograr una mejor versión de ellos y se los entrega a Otis...