Capítulo 31

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Bajo el efecto

Tres semanas habían pasado, Vera se encontraba con Blazz paseando tomados de la mano por todo el Centro Comercial. Había enviado el manuscrito y ya tenía en su bandeja de entrada el correo confirmando que lo habían recibido, sólo tenía que esperar una respuesta.

Claro, si la llegasen a aceptar, tenía una respuesta.

Pero si no tenía un correo, entonces tendría la respuesta que no quería realmente recibir.

Ese siempre era el miedo, y tuvo que vivirlo más de una vez con sus otros manuscritos, cada vez que enviaba un correo sentía un enorme vacío que le provocaba ansiedad. Su respuesta era clara luego del tercer mes sin respuesta, pero siempre esperaba los meses que Juana Blanca indicaba para asegurarse que era real, no la querían.

Sintió a Blazz detenerse, por lo que ella también lo hizo, el chico se quedó frente a una tienda de música observando los CDs que estaban en la estantería. Ella lo observó un poco, sus mejillas estaban un poco sonrojadas por el frío y le causó mucha ternura verlo de esa manera.

—¿Quieres comprar ese disco?—le preguntó al chico, Blazz se encogió de hombros, realmente sí pero no era una prioridad en ese momento.

—No, no, sólo estaba viendo—mintió y luego le sonrió—. ¿Quieres comer algo?

Notó que quiso cambiar el tema.

—Sí, está bien—le dijo y comenzaron a caminar hacia los restaurantes que se encontraban en la feria de comida—. ¿Comemos comida china?

—Vale—ambos se acercaron al restaurante de comida china que tenía un letrero con un panda en el nombre.

Blazz se encargó de pedir algo para los dos y Vera caminó hasta una de las mesas de la feria para sentarse a esperar que estuviese listo su pedido. El chico llegó junto a ella y se sentó a su lado, apoyó la cabeza en su hombro y soltó un suspiro cansado.

—¿Está todo bien?

—Sí, sólo tengo muchas cosas que hacer en la semana, creo que me volveré loco con tantos finales.

—¿Quieres que te ayude?

Al chico se le iluminaron los ojos.

—¿Podrías?

—Claro, cariño—acarició su rostro—, sabes que puedo ayudarte en todo—el chico se rió, ¿habría salvado a su país en su vida pasada para merecer algo tan bueno como ella?

Sacó su celular y se dio cuenta que tenía un mensaje de su papá, era en relación al libro de Vera, lo estaba empezando a leer en ese momento uno de los editores, el chico sonrió con la esperanza de que le gustase el libro al editor. No le iba a decir nada a Vera hasta tener una respuesta mucho más certera y así no crearle ilusiones de algo que no sabía cómo podría terminar.

—¿Estás editando otros libros?—le preguntó ella sacándolo por completo de su órbita, Blazz la miró y sonrió.

—Sí, comencé uno ayer, es bastante corto, será rápido de editar, calculo un mes, menos si duermo poco—le dijo bromeando con lo último—, conseguí que Otis me ayudase a encontrar a la persona por instagram y le escribiré para enviarle su manuscrito y pueda aplicar a otra editorial. Realmente la rechazaron porque el estilo de libro no está acorde a lo que Juana Blanca está ofreciendo en este momento, pero pienso que pudiese funcionar perfectamente en Golden Ediciones.

—Realmente te gusta mucho esto, ¿conoces el catálogo de Golden Ediciones?

—No es tan difícil, es un estudio de lo que publican. Tú debes hacer eso también si quieres conseguir editoriales que se acoplen perfectamente a ti.

Vera asintió y tomó notas sobre eso, cuando Blazz se colocaba en su modo editor, era bastante interesante de escuchar. Sabía demasiado para ser tan joven, era de esas personas que siempre sabían qué decir o qué hacer, conocerlo había sido de sus mejores cosas del año.

Su celular vibró y lo tomó rápido esperando que fuese una respuesta de Juana Blanca, se sintió decepcionada (como todas las veces que ocurría), cuando vio una notificación de Facebook solamente. Sabía que no podía estar pensando en eso todo el día, pero intentar no pensar en eso, hacía que pensara en eso mucho más.

Tenía que encontrar una manera diferente de hacer que el tiempo pasase sin pensar tanto en ello.

...

Blazz llegó a su casa esa noche y se sorprendió al ver a su padre sentado en el sillón de la casa leyendo algo en su portátil. Se veía tan concentrado que pasó con cuidado para no hacer ruido y perdiera el hilo de la historia.

—Blazz—lo llamó cuando estaba llegando a las escaleras—, ven un momento.

Caminó hacia él y miró cómo se quitó los lentes de lectura.

—Estoy leyendo Sobre el Hielo—mencionó, el chico se sorprendió, normalmente no llegaban las historias hasta él sino sólo lo leía el editor—. Le has ayudado mucho—comentó y le pidió que se sentase a su lado.

—Todo fue hecho por Vera, yo sólo corregí algunas cosas pequeñas—se sentó en el sillón—. ¿Te gusta?

—Sí, es algo diferente a lo que tenemos en este momento, puede funcionarnos mucho. El equipo de comercialización debe de estar enviándole en este momento una copia del adelanto del contrato para que pueda iniciar su proceso con nosotros.

Blazz sonrió y sintió una gran alegría por lo que iba a suceder, ¿cómo reaccionaría Vera? Era lo que había estado esperando por mucho tiempo, quería que pudiese vivir su experiencia completa.

—Paul me ha dicho que se nota que fue editado antes de enviarlo. Le comenté que habías trabajado en ello por lo que considera que no necesitará de tantas revisiones.

Podría ver su nombre en el libro como el editor principal, sintió un escalofrío en el cuerpo. Que grato era poder ser parte del proceso para que un libro saliera a la luz y para que una historia fuese contada.

Lo que más conmovía a Blazz era la idea de que alguna persona leyese el libro y causara en ella, un efecto nuevo, un efecto que hace que tu vida cambie por completo, algo que los libros pueden crear, algo que realmente vale la pena.

Blazz consideraba que los libros cambiaban al mundo, y más cuando eran leídos en el momento perfecto.

—Llamaré a Vera—le dijo a su padre.

Sacó su teléfono para llamar a la chica. Subió a su habitación y esperó a que ella atendiera.

—¡Vera!

—Blazz—lo interrumpió ella con la voz temblorosa—. Estoy...no sé cómo estoy, estoy sin palabras—dijo ella. El chico la entendía completamente—. Tengo mi respuesta, quieren que publiquemos con ellos.

—Quieren que publiques con ellos, ¡felicidades!

—No lo habría hecho sin ti.

—No, no lo habrías hecho sin tu esfuerzo—le dijo—, como tu editor, tienes mi apoyo, pero es tu libro, Vera.

—Mi libro—susurró ella, tan sólo la idea de mencionarlo se le hacía increíble,

Era su libro. Por primera vez se había quedado sin saber qué decir.   


Pilares Del RechazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora