🔹La mejor amiga🔹

805 162 14
                                    

Me quedé mirando la puerta una vez que esta se cerró con un golpe sordo y los papás de Nathan desaparecieron

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me quedé mirando la puerta una vez que esta se cerró con un golpe sordo y los papás de Nathan desaparecieron. Luego mi cuello se giró de nuevo hasta el chico sentado a mi lado. La cara del muchacho estaba contraída en un gesto muy confuso, algo parecido a la expresión que un niño pequeño compone cuando ha sido atrapado en una de sus peores travesuras o la más grande de sus mentiras.

— ¿Les dijiste a tus papás que somos novios? — pregunté atónita con los ojos tan abiertos que me comenzaron a escocer al pasar los segundos.

— Se enteraron de que había terminado con Amanda. — contestó con voz pausada y temerosa.

— ¡Nathan! — exclamé yo en forma de reclamo.

Mentirle a un montón de adolescentes en el colegio era una cosa, pero mentirle a los padres del muchacho ya era algo más grande, y sabemos perfectamente que cuando hacemos las mentiras más grandes, estas terminan por aplastarnos de un momento a otro.

El muchacho se puso en pie de un salto y me dio la espalda, comenzando a andar por la sala que se iluminaba momentáneamente por colores diversos a causa de la película proyectada en el televisor que ahora ninguno de los dos ponía atención.

— ¡Comenzaron a cuestionarme, Maddi! — se excusó elevando un poco la voz con desesperación —. ¿Qué esperabas que hiciera?

— Que les dijeras la verdad por lo menos a ellos.

Yo observaba al muchacho ir de un lado a otro en la habitación, se pasaba las manos por el cabello castaño en repetidas ocasiones sin quedarse quieto ni un momento.

— No puedo... — dijo con un hilo de voz que se quebró en el último instante.

El muchacho se dejó caer de pronto en el sofá bruscamente y yo sentí que brincaba sobre él.

— Son tus padres, Nate. — comenté acercándome un poco más a él.

— Precisamente por eso no puedo hacerlo. Ellos tienen toda mi vida planeada... tengo que ser perfecto como ellos quieren... — repuso con voz ahogada —. Y si se enteran... — su voz se quebró aún más —. Van a odiarme.

Lo miré con determinación, a pesar de la poca luz, podía darme cuenta de que su rostro volvía a reflejar ese semblante que pocas veces había visto en él. Ese en el que el muchacho se veía triste y desesperado. El rostro de un Nathan del que pocos sabían, y entre esos pocos estaba yo.

— No, no lo harán. — exclamé tratando de enrollar un brazo por sus hombros, pero el muchacho era mucho más corpulento que yo y únicamente atiné a frotar su espalda torpemente en un intento de brindarle calidez.

— Ayúdame, Maddi — pidió él girándose un poco y apoyando su mentón en mi frente —. Aún no estoy listo para hacerlo.

Abracé su cuerpo con ambos brazos fuertemente, sintiendo su respiración despeinar un poco mi cabello y hacer cosquillas en mi rostro. Yo había prometido resguardar su secreto y ayudar para ocultarlo. Él me necesitaba en ese momento, y lo iba a apoyar cuanto pudiera.

Un favor para Nathan 	[COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora