🔹Una incómoda detención🔹

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Mis pies reaccionaron con las palabras de la muchacha, parecieron despegarse del suelo al instante, al igual que los de Nathan, que se dejó guiar por ella a lo largo del pasillo, con mi mano sujeta a la de él, mientras Amanda caminaba aprisa tras ...

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Mis pies reaccionaron con las palabras de la muchacha, parecieron despegarse del suelo al instante, al igual que los de Nathan, que se dejó guiar por ella a lo largo del pasillo, con mi mano sujeta a la de él, mientras Amanda caminaba aprisa tras nosotros.

Los corredores del colegio habían pasado de la euforia por la victoria del equipo y la emoción, a ser un enjambre de chismes y miradas curiosas y perspicaces que se dirigían a nosotros sin ningún pudor.
Bonito cuadro debíamos estar armando. Nathan, el atractivo jugador y estrella del colegio corriendo por el pasillo de la mano de la entrometida y baja novios Maddi, con la popular y guapa ex novia muy pegada a ellos. Con el rumor de una infidelidad flotando por la escuela, y un desastre matutino a punto de estallar.

— Están ahí. — dijo Sucie apuntando al frente en el enorme patio trasero de la preparatoria.

El alma se me cayó a los pies y pensé haberme quedado sin entrañas a causa del agujero que sentí que se me había formado en el estómago. No había necesidad de señalar lo que estaba pasando, era completamente claro.
Fred sostenía a Ati del cuello de su suéter oscuro, haciendo que el chico casi despegara los pies del suelo. La otra mano del grandulón estaba apuñada con fuerza, provocando que las venas de su antebrazo resaltaran amenazadoramente. Tras el primero, Jace y Hiugh intentaban quitarle de encima a Fred, que parecía empeñado en no dejarlo ir así como así.
Nate corrió el último tramo que quedaba para llegar hasta su amigo, haciéndose espacio entre los alumnos que se arremolinaban en torno a ellos, esperando ser testigos de la masacre que estaba por dar comienzo.

— Déjalo, Fred — exclamó Nathan colocando una mano sobre el corpulento muchacho —, te dije que dejaras el asunto por las buenas.

¿De modo que estaba al tanto de lo ocurrido entre su amigo, Ati y Milo?

Acababa de llegar hasta el núcleo de aquél barullo. Fred respiraba con dificultad a causa del enojo, y en cuanto a Ati, se le miraba la habitual expresión tan tranquilamente desesperante, lo miraba de frente y sin el menor indicio de tenerle miedo.

— Este idiota te está viendo la cara. — repuso a su vez Fred entre dientes apretados.

Ya estaba, finé, calaquie, estaba muerta. Todo el colegio sabía que me había besado con Atwood Moore la noche del partido siendo la novia de Nathan Reed. Quería que el pasto se abriera y la tierra me tragara completa.
Nate me lanzó una fugaz mirada que me indicó que sabía bien a lo que iba aquello, luego volvió a mirar a su amigo antes de continuar.

— ¿Es por mí? — preguntó tratando de que soltara a Ati —. No tienes que resolver mis problemas.

— Este soquete y su amigo... — comenzó el moreno mirando de reojo a Nate, pero no terminaba lo que comenzaba a decir, pues la mandíbula parecía trabarsele.

— ¡Hazlo si es lo que quieres! — dijo de pronto Ati.

Sentí que se me bajaba el azúcar del cuerpo. Aquello estaba a nada de convertirse en un campo de batalla con el primer movimiento en falso.

Un favor para Nathan 	[COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora