El tiempo continuó pasando frente a nuestros ojos, constante, algunas ocasiones tan repetitivo, tan igual casi al momento anterior. Todos tan centrados en sus vida, en sus cosas, en su manera de mostrarse tan auténticos o tan falsos.
Sonreí al verlo, ¿en verdad creía que siquiera iban a pensar en cambiar por lo sucedido? ¿Por lo que les había gritado aquel día en la cafetería?
El mundo no cambia aunque te pares con un micrófono y mil bocinas a tu espaldas a gritarle la verdad. Pero si tú cambias en tu interior, ese podría ser el inicio de algo enorme. Al menos para ti. Al menos para tu mundo.Fuera, los árboles ya habían comenzado a revestirse de su nuevo follage, una vez más el pasto cubría los campos abiertos de los terrenos del colegio y muchos alumnos ahora preferían salir a los patios de éste para disfrutar de los rayos del sol que ya calentaban un poco para la hora del almuerzo.
— ¿Cómo están las cosas en casa? — pregunté a mi amigo mientras andábamos por las largas explanadas de césped durante el descanso.
— Mejorando — contestó él balanceando su mochila de uno de los tirantes —. Mi papá parece más molesto ahora por que dejé el equipo que por haberles confesado que me gustan también los chicos.
— Tienes buenas notas, hay muchas posibilidades de que entres a alguna universidad aún sin la beca deportiva. — apunté yo con algo de indignación.El muchacho sonrió con pesadumbre y levantó la mirada hacia el campo, donde una manada de chicos corrían por él calados con cascos rojos y negros.
— Lo sé — repuso echándose de nuevo la mochila al hombro en un ágil movimiento —, pero él no lo ve de esa manera.
— ¿Y qué hay de ese chico...? ¿Cómo dijiste que se llama? ¿Richard? — inquirió mi amiga que hasta entonces había permanecido en silencio por increíble que pareciera.Para entonces, Sucie estaba al tanto de todo, absolutamente de todo, incluso de lo del chico con el que Nate había mantenido comunicación antes de todo lo que había sucedido.
— Robert. — respondí pateando distraída una piedra que se había cruzado en mi camino.
— ¡Ah sí, ese!
— Bueno, sigo platicando con él, pero...
— ¿Pero? — exclamamos la rubia y yo a la vez.El muchacho lanzó un suspiro que se sintió también muy parecido a un resoplido algo exasperado. Guardó silencio un momento y torció un poco sus rosados labios en una mueca de profunda concentración.
— Me agrada, pero no sé si puedo confiar en él después de saber sus intenciones en un principio. — contestó él encogiendo un poco los hombros.
— Él se arrepintió antes de hacer algo — dije yo recordando lo que Amanda había mencionado —. Además, ¿no creés que merece una segunda oportunidad?Nathan no respondió, sólo se limitó a contestar con una sonrisa que no supe interpretar con certeza a qué iba.
Después de lo que nos pareció un buen rato de andar caminando a las afueras de los terrenos, nos dispusimos a entrar de nuevo al edificio antes de que la campanada anunciara el inicio de la segunda ronda de clases de aquel día.
Pero antes de dar media vuelta para volver, lancé un vistazo fugaz hacia las orillas del campo, allá donde se marcaba el límite de este y donde bajo un árbol se podían divisar media docena de figuras altas vestidas con playeras oscuras.
Reprimí un suspiro al recordar las ocasiones en las que había ido a parar hasta allá al lado de aquel chico de ojos verdes y cabello oscuro y rebelde. Ese lugar tan suyo a donde me había llevado para alejarme de todo cuando una vez la pasé mal. Y ahora sin embargo ni siquiera nos dirigíamos la palabra.
De nuevo parecíamos dos extraños como antes de aquel encuentro en la máquina de golosinas cuando mi jugo se atasco. Como antes de encontrarnos en la sala de detención y de haberlo visto en aquella ocasión en la fiesta a la que había asistido con Nathan.
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Un favor para Nathan [COMPLETA ✔️]
Teen Fiction✨ NOVELA FINALISTA EN LOS WATTYS 2021 ✨ El valor de un ser humano no se define por la persona que elige para amar, eso lo tiene muy claro Maddison White. Pero cuando su mejor amigo es quien tiene dudas acerca de sus preferencias, la muchacha no duda...