🔹Mentiras🔹

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Dos cosas: uno, no tenía ni la más remota idea de quién era Encantador

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Dos cosas: uno, no tenía ni la más remota idea de quién era Encantador. Y dos, no sé por qué demonios Jace le había dicho semejante barbaridad; pero de lo que sí estaba segura, era de que eso les preocupaba mucho más a Ati y a Danielle de lo que me preocupaba a mí.
Y como no, pues si al llegar al otro lado del terreno que conformaba la casa de Sam, encontramos a Jace, pálido y tembloroso, rodeado de una muchedumbre de espectadores que al parecer esperaban ver algo de acción. Frente a él, un tipo alto, de complexión gruesa y rostro un tanto demacrado. Y entonces, ahí de cara a esa escena me llegó a la mente una inoportuna pregunta: ¿a quién demonios se le había ocurrido llamarlo Encantador? El tipo podría tener todo, menos una apariencia encantadora. Y por lo visto, ni su actitud lo era.

— Te voy a golpear tan duro en la cara que no quedará ni un rastro de tu maldito y pervertido rostro. — decía el hombre con los amarillentos dientes muy apretados.

Casi pude ver cómo unas gotitas de su saliva caían en la cara de un Jace al que se le había borrado la sonrisa divertida que acostumbraba llevar. El chico por lo general moreno, se miraba pálido, como si estuviera a punto de vomitar la cerveza que había ingerido esa noche.

— Encantador... — dijo con un hilo de voz tan agudo que fue difícil de captar.

El tipo llevó el puño hacia atrás y casi pude ver cómo cerraba un ojo, como si de una resortera se tratara, apuntando hábilmente a un molesto pajarraco antes de lanzarle la piedra que lo derribaría de su vuelo.
El muchacho cerró los ojos esperando lo peor de un momento a otro, un duro golpe en cualquier parte de su rostro. Una nariz quebrada, un ojo morado, un pómulo o mandíbula magullada. Era cuestión de un respiro para que estuviera en el suelo retorciéndose de dolor, cuando...

— ¡Espera! — grito Ati haciendo que perdiera la concentración momentáneamente.

— ¡¿Qué carajos quieres?! — soltó la enorme silueta de Encantador dirigiéndose al chico a mi lado.

Atwood dio un paso hacia el frente, cubriendo parte del cuerpo de su amigo con el suyo, y digo parte, porque éste era considerablemente más delgado que el chico moreno y tembloroso que había estado a punto de perder los dientes.

— ¿En serio vas a golpearlo? — inquirió contrayendo el ceño pensativamente.

— Es lo que trato de hacer, ¿no lo notas? — exclamó el otro tratando de no perder la poca paciencia que le quedaba.

Ati cruzó los brazos sobre su pecho, frunció los labios como si analizara detenidamente un difícil acertijo y negó lentamente con la cabeza haciendo que su cabello se despeinara de una manera casi perfecta.

— Es que Jace suele tener alucinaciones y no dudaría que todo lo que te contó solo fuera eso — comentó este dando un paso más hasta el enorme hombre y hablándole como si le confiara algo muy personal —. De hecho, sus padres están pensando seriamente en internarlo en una clínica mental.

Un favor para Nathan 	[COMPLETA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora