Han venido a verme los militares, sorprendentemente estaba con ellos Aiden.
Él era el único joven que a logrado estar en un grado militar y provenir de un lugar marginado como yo.
Hace ya algunos años él y mi hermano eran grandes amigos, estuvieron juntos en la escuela incluso hicieron juntos el examen, solía hacerme reír cuando era pequeño.
Recuerdo que siempre se la pasaba riendo, haciendo bromas y coqueteando con las chicas, aunque sólo era un niño, pero ahora no lo reconozco, estoy seguro que él a mi tampoco, bueno en mi estado nadie me reconocería.
Él tiene una cara sería y su mirada se nota vacía, sin vida, cómo si se la hubieran arrebatado.
Su porte es firme, parece ser solo otro soldado más, quien lo diría el rebelde Aiden ahora era como una marioneta.
Yo permanecía en mi cama, bueno no es como si tuviera opción, cuando entraron llevaban su traje militar, pero traían una máscara de gas para evitar que se les contagiara cualquier cosa que pudiera tener.
Eran 5 uno de ellos era Aiden y los otros nunca los había visto en mi vida, de repente uno de ellos empezó hablar pero me costaba mantener la atención en su voz.
—Hola muchacho soy el capitán McCall, es un gusto conocerte —dijo el hombre rudo de tes negra, empezaba a causarme miedo.
Asentí con la cabeza, estaba demasiado cansado para hablar.
—Te haré unas preguntas y espero que contestes —dijo serio, cómo no entendiera lo que me decía lo mire fijamente, trate de responder pero enseguida empezó a hablar.
—¿Hace cuanto que llevas enfermo? —dijo sin perder el porte.
—Casi 2 meses —dije débil, mi garganta estaba seca.
—¿Has salido de la ciudad? —dijo seguro anotando en una libreta.
—No –dije casi en un susurro, aunque era una pregunta estupida, un nulo jamás podría salir del país.
—Podrías especificar que día fue cuando empezaste a sentir el más mínimo cambio —presentía que ya sabia la respuesta.
—Unas semana después del examen de actitud —dije seguro
—¿Tienes miedo? —dijo, no entendía su pregunta.
—No —dije mirando a mi familia.
El comandante se quedo callado, miro a los demás soldados y se retiró, todos salieron de la casa excepto Aiden que se quedo un instante para hablar con mi hermano.
No entendía muy bien lo que estaban hablando, me sentía tan cansado, los ojos me pesaban y estaba apunto de quedar inconsciente.
Ya era común, lo único que pude escuchar fue cuando Aiden le dijo a mi hermano que si no mejoraba en 2 semanas tendrían que proceder, mi hermano no dijo nada, se hizo un gran silenció y unos segundos después Aiden salió de la casa.
Mi hermano regreso a la habitación con un par de trapos y agua helada, lo mire a los ojos y trate de hablar pero no lo logre, una gota de lágrima cayo por la mejilla de mi hermano y una tristeza inundo la habitación.
En ese momento entendí lo que quería decía Aiden si no mejoraba me iban a matar, él me miro, me dijo que todo iba a estar bien aunque no era así.
Mis ojos se cerraron y todo el ruido desapareció, le tomó unos minutos a mi hermano darse cuenta que estaba inconsciente.
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Cayendo en un abismo
Fiksi IlmiahLas personas pensaban en un futuro bueno, un futuro donde todos tendrían las mismas oportunidades, que decepción cuando eso no pasó. Masón es solo uno más de la alta civilización de gente pobre en América, sus posibilidades para tener una vida norma...