Dalia

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He decidido no hablar por un largo tiempo, llevo dos semanas aquí, el capitán McCall a venido cada día pero nunca se queda, Aiden no ha venido lo cual me hace sentir mal, pero hoy no es la diferencia, el doctor solo se me queda viendo como hacen los demás.

Emma era diferente se la pasaba hablando hasta cuando estaba dormida o cuando me sentía tan mal para hablar ella hablaba por mi.

Ella no me veía de maneras distintas y siempre cuidaba de mi, era genial y ahora ella ya no estaba, esa tarde había dormido mucho y cuando desperté el doctor ya no estaba lo cual era lo mejor.

Mire al techo, estaba lleno de agujeros 3,500 para ser exactos los eh contado durante la semana, cuando la puerta se abrió cerré los ojos, no tenía ganas de ver a nadie entonces una voz dulce me hablo, una voz tan reconocida.

—Masón estas despierto —dijo Dalia con su dulce voz.

—Dalia que, que haces aquí —dije asustado.

—Masón estaba preocupada por ti, nos dijeron que habías vuelto a enfermar —dijo tomando mi mano.

—Cómo te dejaron entrar —dije nervioso, no quería que me viera así.

—Dijeron que estarías mejor si recibías visitas, dicen que no has querido hablar —dijo triste.

—Ah claro, pero yo no enferme lo sabes verdad, entré en shock —dije para estar tranquilo, les habían mentido a todos afuero.

—Shh tranquilo, solo estoy aquí para ver como estas y hablar un poco tal vez —dijo con una sonrisa de esas que me encantaban.

Acerco una silla y se sentó junto a la cama, su pelo venía recogido por una coleta y sus ojos azules eran tan fuerte en la oscuridad, ella se acerco a mi.

—Y has venido tu sola —dije cauteloso.

—Si, Tanner a ido a visitar a su hermano y Nick, bueno Nick no quiso venir tenía que terminar un trabajo —dijo.

—Pensé que el hermano de Tanner había muerto —dije confundido.

—Si bueno tiene un hermanito además cuando alguien no pasa la prueba en la pared colocan una insignia con su nombre y bueno es lo único que le queda de él, pero bueno dime como has estado, veo que estas mejor —dijo viendo el lado bueno de las cosas.

—Si, estoy mejor —mentí sin muchos ánimos.

—Masón tienes que volver si, te extraño mucho —dijo sincera con una sonrisa.

—Yo igual Dali, deberías venir más, es algo aburrido estar aquí —dije sonriendo.

—Claro niño, volveré pero ahora es tarde y deberías descansar —dijo sonriendo.

Dalia se acercó, entonces me besó, fue un beso corto pero aún así fue perfecto, entonces justo antes de salir de la habitación dijo en un susurro.

—Te amo Masón —dijo con esa dulce voz.

Estar con ella me hizo sentir mejor, casi nunca había sentido algo parecido por una mujer, ella era lo mas parecido a mi primer amor solo esperaba que durara y no fuera algo pasajero.

Cayendo en un abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora