Entrenamiento

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No es tan genial como esperaba, las 2 clases de, "entrenamiento", no fue más que puras historias de la antigüedad, como se creo este lugar, pura basura.

Mi última clase fue extraña, nos hicieron correr por un rato y fue todo, al parecer soy el más joven pues aunque ya me lo esperaba, aquí incluso los que son los más jóvenes son 2 años mayores que yo.

Al menos no me fue tan mal como mi otra escuela, solo pasaba ocho horas sentado en sillas incomodas, muriendo por el calor, aquí por lo menos había aire acondicionado.

En el comedor la comida no se ve muy buena, extraño la comida de mi madre era tan rica, por suerte eh conseguido sentarme en una mesa, todo es un caos, hay mucha gente y no paran de hablar lo cual es molesto.

A lo lejos veo a tres muchachos acercarse a mi, dos de ellos son hombres, uno un poco más alto que el otro, de cabello castaño fuerte y un moreno claro, el otro era muy pálido, su piel tan blanca hacía resaltar sus ojos azules enormes, iban acompañados de una linda chica de ojos azules y un cabello precioso color café oscuro.

—Hola nos podemos sentar aquí —dijo la chica con una voz suave.

—Vamos Dali enserio aquí, de más de 20 mesas decides sentarte con el nulo —dijo el moreno con asco, no era el primero que me hacia sentir así.

Me quede sorprendido, no supe ni que decir pensaba que en este lugar no sabrían quién era en realidad.

—Tanner —dijo molesta— disculpa a mi hermano suele ser un poco grosero —dijo golpeándolo.

Sonreí pues no tenía ganas de tratar con ellos.

—Mucho gusto me llamo Dalia, pero puedes llamarme Dali, él es mi hermano Tanner y mi otro hermano Nick —dijo sonriendo.

—Masón —dije sin ánimos.

Nunca paso por mi cabeza que fueran hermanos, viéndolos mejor Tanner tiene ojos cafés claros y no paraba de hablar, al contrario de Nick tiene los ojos azules como ella, era bastante raro pero es más callado, sin embargo me agrado mas que Tanner.

Eran casi polos opuestos, pasaron todo el almuerzo platicando sobre su entrenamiento, al sonar el timbre salí del lugar sin decir más, no me fue tan mal después de todo aunque prefería a mis viejos amigos, aunque no fueran muchos.

Cayendo en un abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora